Los buenos y malos hábitos se potencian en tiempos de estrés

Los efectos del estrés sobre la fuerza de voluntad son un elemento básico de las comedias románticas. Un personaje atraviesa una difícil ruptura romántica, y en la siguiente escena, ella está sentada en el sofá untada en helado con envoltorios vacíos esparcidos en el sofá.

Todos nosotros hemos experimentado este tipo de falla de autocontrol. Hay un mal hábito que estamos tratando de evitar, y tenemos éxito hasta que la vida se convierta en agitada. De repente, es la rutina de siempre. Debido a que estos desgloses de la fuerza de voluntad son tan claros cuando suceden, puede pensar que las situaciones estresantes ponen de manifiesto su peor comportamiento.

Un documento fascinante en la edición de junio de 2013 de la Revista de Personalidad y Psicología Social por David Neal, Wendy Wood y Aimee Drolet sugiere una posibilidad diferente. Ellos argumentan que en tiempos de estrés, recurrimos a nuestros hábitos en general. Cuando esos hábitos son malos, experimentamos lo que vemos como una falla de autocontrol. Pero, también recurrimos a nuestros buenos hábitos. No los notamos tan fácilmente, porque esos comportamientos son útiles.

En un estudio naturalista para apoyar esta visión, los investigadores exploraron el comportamiento de una muestra de estudiantes universitarios. Primero, analizaron la fuerza de una serie de hábitos relacionados con el desayuno y la lectura del periódico. Algunos de estos comportamientos eran buenos (como comer cereal caliente para el desayuno), mientras que otros eran malos (comer un pastel para el desayuno). Para cada persona, algunos comportamientos eran una parte importante de su rutina, mientras que otros no. Una persona en particular generalmente puede comer cereal caliente, pero rara vez come pasteles. Esa persona también puede tender a leer la sección de Op-Ed del periódico, pero rara vez lee los cómics.

Durante las siguientes cuatro semanas, los investigadores continuaron rastreando el comportamiento de los estudiantes. En dos de esas semanas, los estudiantes tuvieron una serie intensa de exámenes, mientras que en las otras dos semanas, no hubo exámenes importantes. Los investigadores esperaban que los estudiantes estarían sometidos a más estrés en las semanas de exámenes, y por lo tanto su fuerza de voluntad se vería comprometida.

Cuando un comportamiento en particular era un hábito fuerte para esa persona, era más probable que participaran en ese comportamiento durante las semanas de exámenes estresantes que durante las semanas menos estresantes sin examen. Esta dependencia de los hábitos era evidente tanto para los buenos comportamientos como para los malos. Entonces, la falta de fuerza de voluntad llevó a las personas a confiar en sus hábitos, independientemente de si eran buenos o malos.

En varios otros estudios, los investigadores manipularon el nivel de estrés para los participantes. En un estudio, los investigadores rastrearon el comportamiento de los participantes durante una serie de días. En algunos de esos días, se les pidió a los participantes que realizaran sus actividades diarias con su mano no dominante. Entonces, si rutinariamente usaran su mano izquierda mientras hablaban por el teléfono celular, ahora deberían usar su mano derecha. Se sabe que esta manipulación causa estrés al sistema de fuerza de voluntad al requerir un gran autocontrol con esfuerzo.

En los días en que los participantes tenían que usar su mano no dominante, era mucho más probable que realizaran buenos y malos hábitos que en los días en que se les permitía usar su mano dominante.

Otros estudios en este documento demostraron que la gente recurre a sus hábitos porque actúan sin pensar. No están eligiendo explícitamente actuar en función de sus hábitos cuando su fuerza de voluntad se agota.

Este estudio se suma a una creciente literatura que demuestra el poder de los hábitos en la acción diaria. Cuando las cosas se ponen difíciles, la respuesta natural es recurrir a los comportamientos que lo han llevado a través de tantas otras situaciones en el pasado.

Por eso es crucial trabajar en desarrollar buenos hábitos. Es difícil estar a la altura de las circunstancias en momentos de estrés. Cuando tienes muchos exámenes, un gran proyecto en el trabajo o estás pasando por un período estresante en una relación, simplemente no tienes la energía mental para estar a la altura de las circunstancias. En cambio, solo quieres pasar el día. En esos casos, sus hábitos generarán mucho de su comportamiento. Cuanto más lo empujen sus hábitos hacia comportamientos que respalden sus objetivos, mejor lo hará en situaciones estresantes.

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