Llegar a Oz: el viaje personal al hogar del verdadero yo

Quiero contarte una historia. Puede ser uno que conozcas, pero vale la pena volver a contarlo, ya que forma la base de la publicación de hoy y de mi libro Getting to Oz. Mientras lees, te sugiero que pienses en el poderoso mensaje que esta historia conlleva. Esta es la razón por la cual este simple cuento ha inspirado a muchos de nosotros durante más de un siglo:

Una niña llamada Dorothy huye de casa con su perrito Toto. Ella es arrastrada por un poderoso tornado y depositada en un lugar lejano llamado Oz. Al principio ella está asustada, y solo quiere que alguien la ayude a volver a casa. Pero a pesar de sus temores, pronto se aclimata a su entorno, aprovechando al máximo cualquier ayuda que se le ofrezca. Acompañada por sus nuevos amigos, un león, un espantapájaros y un leñador de hojalata, avanza por el camino de ladrillos amarillos hacia Oz, la casa de un gran y poderoso mago que cree que la ayudará a regresar a casa. Al final, ella descubre que no necesita su ayuda ni la de nadie más. Volver a casa es, y siempre ha sido, totalmente dentro de su propio poder.

Hay muchos mensajes positivos en esta historia simple, pero esta siempre se destacó para mí: no hay lugar como el hogar. Cuando leí la historia por primera vez, tomé este mensaje al pie de la letra. Pero cuando pensé más sobre eso, me di cuenta de que la necesidad ardiente de Dorothy no era para el hogar en el sentido tradicional. Después de todo, ¿no estaba huyendo de casa, tratando de encontrar su propio camino en el mundo? El destino de Dorothy no estaba claro para ella, pero ella tenía un deseo ardiente de llegar allí. A lo largo del camino, aprendió que el hogar era mucho más que un lugar físico o un lugar del que venimos; el hogar es un lugar al que aspiramos cuando comenzamos a anhelar algo más en nuestras vidas, sea lo que sea lo que mienta sobre el arcoiris. Este es el hogar del deseo de nuestro corazón.

El hogar es más que un lugar del que venimos; es un lugar al que aspiramos.

Ir a casa o llegar a Oz es un viaje a nuestro verdadero yo. El hogar significa dejar atrás lo seguro y lo familiar para encontrar lo que es correcto para cada uno de nosotros: la vida que imaginamos y diseñamos para nosotros mismos. Llegar a Oz es un viaje de autodescubrimiento que nadie puede hacer por nosotros, ni nuestros parientes, ni nuestros amigos, ni nuestros socios. Para llegar a este nuevo hogar, es necesario que abandonemos el nido, un lugar seguro y protegido. La promesa de este viaje es lo que se encuentra sobre el arcoiris. Lo que encontramos allí es nuestro verdadero hogar, donde podemos reclamar una vida plena y significativa: la vida en la que nacimos para vivir, de forma única.

Llegar a Oz ( el hogar al que aspiramos ) requiere que nos aceptemos incondicionalmente, con todos nuestros defectos y limitaciones. Donde hay amor propio no puede haber pretensiones o ilusiones, solo un camino claro y enfocado hacia una vida más feliz y más saludable. Tenemos que tomar la decisión de amarnos a nosotros mismos para dar los primeros pasos hacia la individualidad en el camino hacia Oz.

El yo en cuestión

No importa cuál sea nuestra etapa en la vida, continuamente se nos presentan factores estresantes que nos desafían a encontrar un camino hacia la seguridad una vez más. Estos giros de trabajo, relaciones o salud a la baja desarraigan la vida que hemos conocido y nos arrojan "dentro de un tornado" de miedo y pánico, como lo hizo con Dorothy. Estas vueltas hacia abajo del destino nos desafían a encontrar el paso de la seguridad a un lugar nuevo, un nuevo hogar que exprese todo nuestro aprendizaje, crecimiento y esperanza para el futuro. Al principio podemos tratar de resistir. Es difícil para nosotros pasar de la identidad que hemos forjado hasta ahora, la identidad que abarca nuestros valores y creencias, incluso si es lo correcto. Pero surge un espíritu dentro de nosotros que nos obliga a seguir adelante, nos obliga a seguir tratando de encontrar una vez más un lugar de seguridad, comodidad y satisfacción que podamos llamar hogar.

Nos damos cuenta de que estamos solos dentro del tornado y debemos soltar nuestros apegos que nos detienen y nos mantienen atrapados en un lugar que ya no satisface nuestros deseos y necesidades. En este primer sentido de pérdida y confusión, podemos buscar seguridad y protección inmediatas tratando de recuperar lo que se ha perdido. Pero pronto nos damos cuenta de que no hay marcha atrás. No hay nada que hacer más que perseverar y adaptarse a un paisaje cambiante que parece extraño y familiar, al igual que Oz le apareció a Dorothy.

Tenemos el reto de llegar a la carretera de ladrillos amarillos, probar cosas nuevas, expandir la experiencia hasta que veamos el camino a nuestro nuevo hogar. Después de varios giros y vueltas de intentar esto y aquello, comenzamos a ver nuestro camino. Lo que necesitamos para ser verdaderamente cumplidos se vuelve más claro para nosotros, de modo que los caminos que elegimos para avanzar resuenan profundamente con nuestro yo psicológico y espiritual. Finalmente, llegamos a nuestra propia versión de Oz. El asombroso sendero sinuoso nos recompensa con el autoconocimiento: la comprensión de quiénes somos en realidad y lo que nos cuesta vivir una vida profundamente significativa y feliz.

Ninguno de nosotros puede evitar el cambio estresante. Pero podemos elegir tratar los cambios estresantes como poco más que una molestia y negarnos a reconocerlos como poderosas oportunidades para forjar una vida que exprese plenamente nuestros deseos y necesidades. La herramienta más poderosa que tenemos en la vida es el autoconocimiento; nos arma con plena comprensión de nuestros verdaderos talentos y habilidades que son la base para elegir los caminos correctos de la vida para desarrollarse. Algunos de nosotros aprovechamos el momento del cambio estresante para desplegar nuestras vidas para mejor, mientras que otros simplemente dejan que el viento los lleve de un lugar a otro, esperando chocar contra su verdadero ser.

La vida es un viaje precioso creado por nuestros propios esfuerzos. La mejor vida posible es una vida rica en autocomprensión, ya que nuestras ideas y autoestima nos llevan a un lugar de comodidad y seguridad que podemos llamar nuestro hogar. Aunque siempre habrá deseos que no podemos cumplir, si elegimos hacer el viaje a Oz, obtendremos lo suficiente de nuestro verdadero yo en nuestra elección de trabajo, relación y actividades que nos enriquece y hace que la vida valga la pena.

Para obtener más información acerca de cómo llegar a Oz, consulte Getting to Oz: el viaje personal a su verdadero yo.