¿Por qué nunca parecemos superar nuestros problemas?

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Los estadounidenses están profundamente inmersos en lo que yo considero como "conciencia heroica". Ya sea que tome las formas populares de John Wayne o Rambo o sus equivalentes femeninas en las películas, hay una profunda aceptación cultural de conquistar dificultades, resolver problemas, tener éxito contra todas las probabilidades.

Creo que esto es maravilloso. Ha sido parcialmente responsable de que Estados Unidos lidere las innovaciones y el espíritu empresarial, y ha hecho posibles logros maravillosos en tecnología, deportes, cultura, negocios y en todos los ámbitos de la actividad humana. Y aún … es una verdad parcial.

La verdad más completa, creo, es que nunca alcanzamos el éxito en nada, nunca conquistamos nada completamente, nunca dominamos absolutamente nada. John Gottman, un investigador de parejas que ha rastreado a algunas parejas durante más de 30 años, encontró que el 69% de todos los problemas en un matrimonio siguen sin resolverse, sin importar cuán diligentemente la pareja trabaje con ellos. Esto se suma a mi experiencia personal y profesional, que sugiere que ninguna persona termina con un problema que lo molesta. Es cierto que se mejorará, es verdad que molestará menos a la persona, es verdad que no causará el mismo nivel de problemas que antes. Pero no desaparecerá, sin importar cuántos años de terapia, cuántos talleres de fin de semana o cuántos libros de autoayuda se hayan consumido.

Tipo de deprimente, ¿no? Bueno, solo si ves la vida únicamente a través del lente de la conciencia heroica, por la cual habría algo mal en nosotros por no tener éxito en algo en lo que trabajamos tan duro.

Entonces, ¿cómo podemos ver esto de una manera que no sea causa de depresión? Creo que podemos hacerlo si reformulamos nuestro campo de visión a lo largo de unos pocos parámetros.

El primer tipo de reencuadre, y del que ya he hablado con respecto al matrimonio, es que nuestra meta en la vida no debería ser la felicidad, sino la integridad. La totalidad incluye quebrantamiento, imperfección, frustraciones, toda la gama de ser humano. Si luchamos por una concepción mental de la felicidad basada en lo que percibimos que necesitamos cambiar sobre nosotros mismos, una forma de "pellizcar y meter" a nuestra psique, estaremos en una carrera de auto-superación exhaustiva, y mientras más rápido corramos a Lograremos cansarnos más sin llegar a ningún lado.

El segundo tipo de reencuadre es pensar en nosotros mismos como almas que vivimos en cuerpos, en vez de personalidades, nos damos la impresión de que somos aerógrafos. Pensarnos a nosotros mismos como almas que viven en cuerpos, lo cual está en plena consonancia con la vida viva de la totalidad, cambia la perspectiva tanto en amplitud como en profundidad.

En términos de amplitud, significa que pensamos en términos de vidas en lugar de años, meses o días. Estamos aquí para aprender lecciones, hacemos nuestro mejor esfuerzo para aprenderlas, y mantenemos una actitud de humildad, comprendiendo que solo tenemos bajo nuestro control y que solo es posible en el tiempo que se nos ha asignado.

En términos de profundidad, la noción de un alma en un cuerpo da primacía a algo más profundo que el material y la superficie, más profundo que el cuerpo y más profundo que las definiciones materiales de éxito. En la enfermedad y en la salud, en la vida y, sí, en la muerte, somos mucho más que nuestros cuerpos y mucho más que nuestros cheques de pago, pies cuadrados de vivienda, estilo de automóvil o blancura de dientes.

Desde este punto de vista, nuestras luchas pueden considerarse como algo a lo que uno de mis maestros se refiere como nuestro "currículum espiritual" en lugar de la mala suerte o los errores de los que debemos alejarnos. Así que haz amigos con tu equipaje y tus problemas. Están aquí para quedarse. Se trata más de desarrollar una relación con ellos que de tratar de eliminarlos.