Scratch That Itch

Cuanto más rascas, más te pican. ¿Pero por qué?

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Fuente: Image Point Fr / Shutterstock

Uno de los mayores placeres de la vida es rascarse la comezón, tanto en sentido real como figurado. A pesar de que rascarse la picazón proporciona un alivio inmediato (aunque temporal), en realidad puede desencadenar el mecanismo que nos pica. Así que cuanto más nos rascamos, más nos picamos, convirtiendo el placer efímero en una pesadilla duradera.

Hay una larga lista de diferentes causas que pueden provocar picazón: piel seca, infecciones parasitarias, como sarna o piojos, embarazo, alergias o enfermedades como enfermedad hepática, diabetes o incluso cáncer. El ciclo de rascado-rascado se considera un reflejo neurofisiológico beneficioso para mantener alejados potenciales estímulos dañinos (químicos, patógenos, parásitos). Pero algo tan aparentemente simple como el rascado, si persiste, puede convertirse en un problema, causando daño a la piel y creando una oportunidad para otras infecciones.

De vez en cuando, todos experimentan picazón. El prurito suele durar un corto período de tiempo, y la mayoría de los casos se alivian con tratamientos fáciles con productos de venta libre y contra picazón. Sin embargo, la picazón puede volverse persistente en algunos casos y convertirse en una enfermedad crónica. El diagnóstico y el tratamiento para la picazón crónica es complicado, y en este momento, los medicamentos disponibles no han sido muy eficientes.

Tipos de picazón

Un picor puede clasificarse como pruriceptivo, neuropático, neurógeno o psicógeno.

  • Pruriceptivo: este es el tipo de picazón que podría ser causada por agentes pruriginosos (picantes) que se encuentran en la saliva de algunos insectos, de ahí el picor después de una picadura de insecto. Por lo general, es causada por la activación de los nervios que primero reciben el sentido del tacto y lo envían al sistema nervioso central (SNC).

  • Neuropático: este picor es el resultado de una lesión nerviosa, como la provocada por el herpes zóster.
  • Neurogénica: Ciertos trastornos, como la enfermedad hepática, causarán este picor debido a la activación del SNC, sin el correspondiente estímulo de picor.
  • Psicogénico: los trastornos mentales pueden traducirse en este tipo de prurito crónico en ausencia de un estímulo existente. Los pacientes con trastorno de somatización o trastorno obsesivo compulsivo pueden padecer de comezón psicógena.

Aunque esta clasificación puede ayudar a identificar el picor, la división entre ellos no es tan clara, y un cierto tipo de picor puede relacionarse con otro o causar un picor secundario (p. Ej., El picor neurogénico puede causar afecciones secundarias como piel seca, que dará como resultado pruriceptive itch). No existe un consenso claro sobre si existe un circuito neuronal único para todos los tipos de picazón, o si cada tipo de picazón desencadena un circuito neuronal diferente. Los investigadores están ansiosos por desentrañar este misterio.

Entonces, ¿qué está haciendo ciencia?

En estudios PET y fMRI que permiten a los investigadores visualizar regiones activas del cerebro, se descubrió que las principales áreas involucradas en el picor eran las implicadas en la sensación (áreas somatosensoriales S1 y S2), el placer (corteza cingulada anterior y posterior) y la decisión fabricación (corteza prefrontal dorsolateral). Estos estudios también revelaron que las áreas motoras del cerebro relacionadas con la acción del rascado se activaron cuando se evocó la sensación de picazón, incluso cuando no se permitía el rascado.

Elena Blanco-Suarez

Regiones del cerebro del ratón implicadas en los ciclos de rascado y rascado, según el estudio publicado en Science

Fuente: Elena Blanco-Suarez

Hasta ahora, los neurocientíficos han identificado la vía espinotalámica (médula espinal y tálamo) como un actor importante en el procesamiento del picor. Pero más recientemente, la vía espinoparabraquial (que incluye la médula espinal y la región parabraquial del cerebro) también se ha identificado en el procesamiento de las sensaciones de picor. Un grupo de investigadores de China ha publicado recientemente en Science sobre uno de los posibles mecanismos del ciclo de rascado y rascado regulados por la vía espinoparabraquial. Vieron que las neuronas activadas por el estímulo prurítico (picante) se proyectaban desde la médula espinal y expresaban un tipo especial de receptores llamado GRPR (receptores peptídicos liberadores de gastrina). Las neuronas que expresan GRPR aumentaron su actividad en respuesta a agentes pruríticos, como histamina y cloroquina. Más interesante aún, cuando permitían que los ratones arañaran libremente en respuesta al picor, vieron que el número de neuronas activas en el núcleo parabraquial aumentaba en respuesta al rascado, lo que explica el círculo vicioso: cuanto más se rasca, más pican. Utilizando optogenética, podían activar las neuronas que contenían GRPR a voluntad, y vieron que la activación de las neuronas que contenían GRPR siempre se correlacionaba con un aumento de la actividad en el núcleo parabraquial. Usando un DREADD, fueron capaces de inhibir la actividad del núcleo parabraquial, restringiendo la respuesta al rayado sin afectar otros aspectos motores o conductuales. Llegaron a la conclusión de que las neuronas que contenían GRPR en la médula espinal eran las que se proyectaban hacia el núcleo parabraquial, y son esenciales para la sensación de picazón.

Todos estos experimentos ayudaron a los investigadores a definir el papel del circuito espinoparabraquial en el ciclo de rascado y rascado. La mejor noticia es que lograron esta reducción del comportamiento de rascado en todos los tipos de modelos de picazón, lo que sugiere que la vía espinoparabraquial podría ser el circuito común en todos los tipos de ciclos de rascado. La inhibición de esas neuronas en el núcleo parabraquial no tuvo otros efectos secundarios en las respuestas emocionales, el comportamiento, la actividad motora o las respuestas a otros tipos de estímulos, como la temperatura o la presión.

Varios estudios han demostrado resultados prometedores en el tratamiento de la picazón crónica en pacientes con eccema (una reacción inflamatoria de la piel que causa picazón persistente y dolor) mediante el bloqueo de receptores específicos en neuronas sensoriales, y han visto una mejora sustancial en la sensación de picazón en otros pacientes con picazón crónica no inflamatoria.

Estos avances podrían abrir nuevos espacios para el tratamiento del prurito crónico (picazón), una condición que hasta ahora se ha pasado por alto, pero que tiene un enorme impacto en la calidad de vida del paciente. Es difícil de diagnosticar, y puede parecer irrelevante para una persona que no sufre, pero el tratamiento para el prurito crónico podría mejorar la calidad de vida de alguien que ya está recibiendo tratamiento para otras enfermedades como el cáncer.

A veces, pequeñas mejoras pueden marcar una gran diferencia en la vida de alguien.

Esta publicación fue publicada originalmente en NeuWrite San Diego.

Referencias

Picazón en la piel (prurito) – Información sobre el cuidado y la salud del paciente de Mayo Clinic.

Mecanismos básicos de Itch. Potenzieri C y Undem BJ. Clin Exp Allergy. 2012 de enero; 42 (1): 8-19.

Picazón: mecanismos y tratamiento. Carstens E, Akiyama T, editores. Boca Raton (FL): CRC Press / Taylor & Francis; 2014.

Un circuito neuronal central para la sensación de picazón. Di Mu, Juan Deng, Ke-Fei Liu, Zhen-Yu Wu, Yu-Feng Shi, Wei-Min Guo, Qun-Quan Mao, Xing-junio Liu, Hui Li, Yan-Gang Sun. Ciencia. 2017 18 de agosto.

Las neuronas sensoriales se acoplan a las vías de señalización inmunológica clásica para mediar el prurito crónico, Landon K. Oetjen, et al. Cell, disponible en línea el 7 de septiembre de 2017.

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