Superando el miedo a hablar en público

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¿Miedo de hablar en público? Si es así, estás en buena compañía. Estadísticamente hablando, 3 de cada 4 personas temen hablar en público, y las mujeres son más susceptibles a él que los hombres, con el 75% y el 73% de las personas que se identifican a sí mismas, respectivamente. La ansiedad del habla es tan común que existe un término formal para ella: la glosofobia.

Hablarle a la audiencia le da miedo a muchos corazones valientes. Sin embargo, las interacciones humanas se basan en la comunicación, y hay pocas habilidades más importantes que poder transmitir sus ideas a otros de manera efectiva. No abordar este miedo es una forma segura de socavar su propio éxito. Por otro lado, ser capaz de dominar el arte de "ser dueño de la habitación" le otorgará numerosas ventajas en su vida profesional y personal. Entre otras cosas, te ayudará a conectarte mejor con las personas, a ahorrar tiempo y, finalmente, a obtener lo que deseas.

Hablar en público no es tan amenazante para la vida como choques automovilísticos o entrar a una casa en llamas, sin embargo, la mayoría de nosotros tenemos más miedo a morir que a dar un discurso. ¿Qué impulsa este miedo aparentemente irrazonable? Ser juzgado, rechazado, humillado, es diferente para diferentes personas, pero estos temores menores tienen una cosa en común: todos se alimentan de la falta de confianza en sí mismos del hablante. Desafortunadamente, no existe una cura instantánea para el miedo a hablar frente a los demás, y una autoconfianza más fuerte lleva tiempo construirla. Mientras tanto, hay algunas cosas que pueden ayudarte en esos momentos difíciles en los que no tienes más remedio que pasar al primer plano. Estas ideas provienen de las Seis claves para la presentación confiada:

  1. Saber lo que quieres. Establezca un objetivo claro sobre lo que quiere que sus oyentes conozcan o hagan al final. Cuanto más énfasis pongas en el oyente, menos énfasis pondrás en cómo te ves, cómo suenas, etc.
  2. Piensa en tu audiencia. ¿Con quién estás hablando y por qué? ¿Qué conocimiento tienen? ¿Que es lo que les importa? Ten curiosidad Investiga y mantente interesado en ellos.
  3. Pon algo de pensamiento en fluir. En lugar de simplemente decir lo que tienes que decir, piensa como un maestro. ¿Cuál es la mejor manera de organizar y transmitir su información? ¿Cómo puedes armarlo para que tenga sentido y sea comprensible?
  4. Conecta los puntos. Ayude a sus oyentes a tener el "aha" de su discurso. Si su objetivo es enseñar o entrenar, ¿cómo sabrá cuándo lo ha logrado? Facilite que vean por qué esta información es importante.
  5. Enfatiza sus necesidades. Si sus oyentes se preocupan por algo que no planearon abordar, está bien decir "No lo sé; Me pondré en contacto con usted ". No tiene que ser experto y experto en todo, solo tiene que satisfacer las necesidades de su audiencia. Mientras más hagas eso, menos pensarás en ti mismo.
  6. Tener una comida para llevar. Haga la comunicación significativa. Establezca los siguientes pasos o un seguimiento. Prepare algún tipo de cierre para su audiencia para que reconozcan algún valor en lo que han escuchado. No lo asumas; confirmarlo

Cuanto más se concentre en las personas que lo escuchan, y cuanto menos se preocupe por lo que cada uno piense de usted, menos ansiedad tendrá y más confianza tendrá en hablar. Es cierto que la mente no puede enfocarse en dos cosas a la vez. Si estás pensando en ellos, no puedes estar pensando en ti.

Practique esto en interacciones cotidianas con personas de su familia o círculos de amigos. Sé deliberado en tu comunicación. Cuanto mejor lo hagas, más fácil será hacerlo "a pedido".