11 maneras en que los rituales nos ayudan a celebrar nuestras vidas

Al crear y realizar rituales expresivos personales para nosotros mismos, nos movemos libremente en nuestra propia vida espiritual, nos hacemos cargo de marcar y honrar las transiciones, los momentos especiales en nuestras vidas que consideramos significativos, de la manera que consideramos significativos. Los rituales son herramientas que nos dan la libertad de asumir la responsabilidad de la dirección y el propósito de nuestras vidas. Nuestra tarea es aprovechar y dar forma a esta libertad, consciente, deliberada y alegremente.

El ritual tiene sus raíces en la religión, y los pasajes fundamentales de la vida a menudo están acompañados tradicionalmente por rituales religiosos. Pero los grandes pasajes de la vida son espirituales por naturaleza. Afirman el misterio y la mutabilidad humana, nuestra conexión con lo universal. Los rituales sirven como un puente entre nuestro mundo externo e interno, entre lo profano y lo sagrado, y entre lo ordinario y lo extraordinario.

Los rituales nos brindan un sentido de pertenencia. Cuando participamos en el proceso ritual estamos, en esencia, conectados con el "tiempo original". Los rituales despiertan lo que es eterno dentro de nosotros y nos muestran cómo nuestras vidas individuales son parte de un diseño mucho más grandioso.

Los rituales nos conectan con la naturaleza y las estaciones. Las transiciones en curso que ocurren en la naturaleza proporcionan el prototipo de cambio. Al observar los constantes cambios y giros en la naturaleza reconocemos nuestros propios ciclos de vida, nuestros propios ritmos como humanos. Los rituales nos recuerdan la interconexión de toda la vida.

Los rituales nos proporcionan una sensación de renovación. Nos ofrecen un descanso de nuestra rutina diaria, nuestra existencia habitual. Metafóricamente, los rituales son oasis, un tiempo para descansar, reponerse y restablecerse en nuestro largo y sinuoso camino a través de la vida. Los rituales nos ayudan a reevaluar nuestro viaje hasta el momento y a reafirmar que el camino que estamos recorriendo es el correcto para nosotros.

Los rituales proporcionan una forma continua de estructurar nuestras vidas. El proceso ritual proporciona una sensación de estabilidad y continuidad en medio del mundo siempre cambiante, ajetreado y a menudo caótico en el que vivimos. Los rituales engendran una sensación de calma curativa y un sentimiento de confianza en el flujo de la vida y el movimiento hacia adelante.

Los rituales nos dan una forma de conectarnos con la familia, el pasado y el presente. Los rituales nos atan a nuestros antepasados ​​y a nuestro patrimonio. Su creación y desempeño nos ayudan a entender de dónde venimos. Como un puente entre el pasado y el futuro, nos permiten acceder, honrar y fortalecer nuestra propia identidad.

Los rituales nos sacan del flujo ordinario de la vida y nos colocan en el espacio sagrado. Está fuera del ámbito del espacio y el tiempo ordinario que los rituales crean su magia a través del lenguaje misterioso y místico de la recreación simbólica.

Los rituales nos ayudan a acceder a nuestro yo auténtico a través de su capacidad de llevarnos a niveles más profundos de conciencia. Al utilizar todos nuestros sentidos mediante el uso de elementos rituales inherentes al proceso ritual, podemos evitar el intelecto a favor de nuestro conocimiento intuitivo e instintivo. Los rituales nos ayudan a equilibrar el trabajo de nuestras vidas externas e internas y permiten la plena expresión de nuestra alma y espíritu.

Los rituales proporcionan las herramientas esenciales para co-crear nuestras propias vidas. Crear y realizar rituales que sean personalmente significativos para nosotros nos ayuda como creaciones en evolución para establecer la intención exacta que finalmente nos permitirá manifestar y alcanzar los objetivos y aspiraciones deseados.

Los rituales dan sentido a nuestros viajes y un sentido de propósito en nuestras vidas. Si bien la creación y ejecución constantes de rituales nos preparan para las próximas etapas de la vida, la práctica sucesiva y acumulativa de rituales a lo largo del tiempo tiene el poder de transformarnos en última instancia.

Los rituales que marcan "ritos de paso" -un punto de inflexión transicional importante- nos ayudan a "conectar los puntos". Nos ayudan a encontrar y definir los patrones y ciclos en nuestras vidas individuales que de otro modo podrían parecer sucesos aleatorios si se los considera por separado.