Adolescentes y depresión – Parte 1

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Fuente: OUCHcharlie / Flickr

Si has criado a un adolescente, o recuerdas esa fase de tu propia vida, probablemente estarás de acuerdo en que es un momento de gran turbulencia y cambio. Los hitos del desarrollo que comienzan a los 10 años de edad y continúan hasta los 26 años de edad son complejos y confusos ya que los cambios ocurren biológica, emocional, psicológica, cognitiva e interpersonalmente. Hay tanto para navegar, tanto interna como externamente, y no es inusual que los adolescentes experimenten cambios rápidos en el estado de ánimo y el temperamento. Y sin embargo, incluso con esos desafíos, es un error para los padres, maestros o profesionales de la salud mental suponer que un episodio depresivo mayor es un rito de iniciación "normal" o inevitable en la adolescencia.

Aunque el 8% de los adolescentes sufren de depresión en algún momento durante un año y alrededor del 20% de los adolescentes experimentan un episodio depresivo antes de llegar a la edad adulta, cuando aparecen los síntomas de la depresión nunca deben minimizarse y siempre deben abordarse. Esto es particularmente importante para los adolescentes que tienen antecedentes familiares de depresión, adicción o suicidio. Están aún más predispuestos a episodios recurrentes de depresión, son más propensos a automedicarse con drogas y alcohol, y son más vulnerables a los intentos e ideas suicidas. Muchos adolescentes se caen por las grietas y no obtienen el nivel de apoyo y cuidado de salud mental que necesitan y merecen cuando las manifestaciones de depresión no se tienen en cuenta y se atribuyen al "malhumor adolescente" o una "fase de desarrollo típica".

El inicio de un episodio depresivo a menudo está mediado por la biología y la química cerebral, pero a menudo hay eventos externos y factores estresantes que pueden activar los síntomas de la depresión. Esto es particularmente cierto cuando esas experiencias no se procesan y curan adecuadamente, o el adolescente las maneja sin la guía o intervención de un adulto. Estos son algunos acontecimientos importantes de la vida que no tratados pueden provocar un episodio depresivo:

  • Cambios repentinos en la apariencia del cuerpo o la salud que hacen que el adolescente se sienta sin poder o avergonzado
  • Rechazo de grupo de compañeros
  • Incapacidad para desarrollar una identidad propia que se sienta auténtica y satisfactoria
  • Incapacidad para navegar o evitar la presión de los compañeros o las presiones académicas
  • Experimentos con drogas y alcohol que conducen a un accidente automovilístico, violación en una cita o arresto
  • Cyber-bulling y otras formas de vergüenza en las redes sociales
  • Crecer con la adicción de los padres, la depresión, la ansiedad o la enfermedad médica
  • Presenciar violencia doméstica u otras dinámicas familiares disfuncionales
  • Experimentar o presenciar abuso o negligencia sexual, física, emocional, psicológica o verbal en la niñez

En la próxima entrega veremos los síntomas específicos asociados con la depresión.