Epidemia de Myopioid de América

He conocido a algunas personas tragadas por la epidemia de opiáceos. Es malo, personas desesperadas adictas a los analgésicos, incapaces de ser realistas sobre su futuro. La adicción no termina bien, familias y comunidades destruidas.

Sé que mucha más gente se tragó por una epidemia aún mayor y adicta a una droga perfectamente legal. Lo llamo miopia: creencias miopes o miopes que convierten a las personas en fanáticos de mente cerrada, en sí mismos, poco realistas sobre el futuro. La epidemia de miopía en Estados Unidos está alcanzando nuevas alturas. En mis años veinte, fui brevemente adicto al myopium. Desde que pateé, me he resistido.

Todos estamos jadeando en los mares ansiosos de la vida, tratando de mantener nuestros botes de remos en orden. ¿Quién no querría atracar en un terreno elevado moral, algún círculo mágico de ganador permanente mágico?

El miopium viene en muchos sabores, religioso, espiritual, político, izquierdo, derecho. El sabor no importa Todo se trata del alboroto que puedes obtener sin importar el sabor de la creencia que compres.

La epidemia se alimenta de sí misma. Cuando tu vecino sea adicto a un sabor, sentirás la tentación de probar alguno de los suyos, o un sabor diferente al suyo. Los adictos al odio presumido odian a otros enemigos, pero también estimulan la creencia presumida en la bondad amorosa como la panacea. Todos los adictos tienen la respuesta a todo aunque sus respuestas son diferentes.

Los adictos alcanzan el cielo con una mano para agarrar una ideología a medio camino que justifica alcanzar con la otra mano para agarrar lo que quieran en el momento. Miope, ebrio de ideología, los adictos al miopía se sienten como el héroe de la película, justificados para vencer a cada rival, vindicados, victoriosos y destinados a vivir felices para siempre. Todos queremos vidas significativas. Es muy fácil confundir el alto embriagador del miopio con el significado.

El apetito por este medicamento vive en todos nosotros. Algunos no pueden vivir sin eso. Algunos no pueden resistirse cuando se ofrece. Y está en oferta, más hoy que nunca en mi vida. La adicción no puede terminar bien. La única cura es establecerse en el arduo trabajo de mantener el equilibrio en los mares agitados de la vida.