¡Estrecha mi mano!

Hace unos meses, fui al picnic de un amigo en Dana Point en el condado de Orange. El picnic fue en un parque cerca de la playa. Conocí a pocas personas en el picnic e hice todo lo posible para ser amigable: sonreí, me presenté y me di la mano, bueno, las manos de algunas personas.

Hubo un tipo que se negó a darme la mano. Extendí mi mano, y él convirtió mi demostración abierta de amistad en la "libra" menos íntima. A regañadientes, le devolví una "libra" pero estaba un poco perturbado. ¿Qué pasaba con mi mano? ¿Me veo enfermo o insaborable? Me sentí sucio cuando él no lo tomó. Me doy cuenta de que estaba a punto de comerse un emparedado y probablemente no quería mancillar su pavo asado con mis gérmenes; sin embargo, fui insultado.

Había olvidado el incidente hasta hace unos días cuando leí un artículo acerca de cómo cada vez era más común que los empresarios renunciaran al apretón de manos a favor de una ola más séptica y una sonrisa. ¿A qué está llegando este mundo?

Los apretones de manos han desempeñado durante mucho tiempo un papel importante en las interacciones comerciales. Cerrar el trato con un firme apretón de manos es una práctica común que se aprecia casi universalmente. Pero la intuición no es prueba científica, así que profundicé un poco más …

Aparentemente, hay poca investigación psicológica sobre dar la mano. Un estudio interesante del Beckman Institute utilizó imágenes de diagnóstico (MRI funcional) para respaldar la hipótesis de que durante las interacciones sociales y comerciales, un firme apretón de manos da una primera impresión positiva y disipa cualquier preocupación sobre el comportamiento evitativo.

Ocasionalmente, es aceptable rechazar un apretón de manos. Por ejemplo, las mujeres musulmanas a veces evitan un apretón de manos por razones religiosas y culturales. Además, algunos japoneses prefieren inclinarse. Pero a menos que tengas una creencia fundamental que te disuada de tomar la mano de otra persona en un gesto de simpatía, simplemente no aprecio que me dejen colgando. Si cree que una persona tiene un resfriado o ha estado hurgando en la basura, busque una forma cortés y discreta de excusarse y lavarse las manos o usar uno de esos desinfectantes de manos omnipresentes.

¿Qué piensas?

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