Jugar con el sistema: cómo usar comparaciones para establecer metas

Han pasado dos semanas de Año Nuevo y ¿a dónde fueron esas resoluciones? ¿Perdido en los cojines del sofá con los kernels de palomitas de la noche de cine de la noche anterior? ¿Por qué el maíz dulce se pega tan bien y las resoluciones no? Aquí, hablaré sobre cómo podemos usar comparaciones y diferentes tipos de comparaciones para crear objetivos que no solo se pegarán sino que se obtendrán.

Estándares: mire a los demás para descubrir a dónde ir, qué hacer

Todos están probablemente familiarizados con los estándares numéricos. Números como el GPA requerido para graduarse con honores, el Índice de Masa Corporal (BMI) que clasifica uno como sobrepeso, y la edad que hace que uno sea adulto son ejemplos de estándares que usamos para juzgarnos a nosotros mismos. El uso de estos estándares puede ser muy útil para establecer objetivos. A veces, no nos referimos a órdenes emitidas por el gobierno o el médico para determinar cuál debe ser nuestro objetivo, sino que buscamos modelos (supermodelos, modelos a seguir) para ayudarnos. Esto a veces puede meternos en problemas. Por ejemplo, las personas a menudo se comparan con modelos en revistas, incluso sin querer. Y, debido a que esos modelos han sido alterados digitalmente de forma irreal (y aunque lo sepamos), la exposición a ellos puede crear estándares poco realistas. Por lo tanto, si bien es importante observar las fuentes externas y los estándares bien establecidos y compartidos para establecer objetivos apropiados, debemos tener cuidado de que esos objetivos sean realistas.

Cambio: mira el pasado para ver cuánto has avanzado

Otra forma en que establecemos objetivos es mirando quiénes somos ahora y decidiendo que queremos cambiar. Podemos decidir que queremos perder 5 libras o ser más saludables o trabajar más (o trabajar menos). En lugar de centrarnos en un destino en particular al que queremos llegar, nos centramos en un lugar que queremos dejar. Este tipo de objetivos puede ser difícil: una considerable cantidad de literatura muestra que podemos jugar estas comparaciones para hacernos sentir mejor, incluso cuando se han producido pocos cambios. Anne Wilson se refiere a esto como el efecto "chump to champ". Cuando las personas miran hacia el pasado, pueden calificar sus vidas pasadas más negativamente de lo que realmente eran. Este empuje hacia abajo del yo en el pasado hace que parezca que ha habido una mayor mejora y ganancia con el tiempo. Por ejemplo, los estudiantes que estaban motivados para sentir que sus habilidades sociales están mejorando es probable que se califiquen a sí mismos como aún menos populares en la escuela secundaria de lo que eran. Esta misma estrategia puede permitirnos burlarnos de nuestros objetivos. Dijimos que queríamos comer más verduras, ¿recordamos que comimos mucho o muy pocas verduras la semana pasada? Dijimos que queríamos ponernos en forma, ¿qué tan apretados estaban nuestros jeans el mes pasado?

Aunque hay desventajas al establecer objetivos a través de ambos métodos, usar los métodos juntos puede ser poderoso. En primer lugar, los estándares se pueden usar para crear objetivos alcanzables (¿qué pueden lograr las personas como usted?) Y asegurarse de saber qué tan alto es el objetivo (¿qué salario puede obtener?). En segundo lugar, medir el cambio puede ayudarlo a reconocer que está obteniendo ganancias y avanzando hacia sus objetivos. Si bien siempre quieres estar atento a cuán lejos estás de tus objetivos, puede ser gratificante ver cuán lejos has llegado. Y, si se adhiere a los números duros (cuántos pasos más toma cada día, cuántas horas se relaja), puede obligarse a ser "honesto" con respecto a sus cambios y avances. Mirando hacia adelante y mirando hacia atrás son útiles para hacer realidad esas resoluciones.