La ciencia dice: Ser diferente no significa que eres raro

Los investigadores proponen que las variables aparentemente anormales en el comportamiento pueden ser normales.

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Fuente: Geralt / Pixabay, usado con permiso.

La conformidad social, o la adaptación y la actuación como los que nos rodean, pueden hacer que ciertos comportamientos parezcan más comunes, y por lo tanto más normales, pero todo lo que realmente significa es que podemos ajustar nuestra brújula moral para aclimatarnos y encajar. No quiero parecer extraño o anormal. Pero de acuerdo con el psicólogo clínico Avram Holmes de la Universidad de Yale, el comportamiento anormal no es necesariamente extraño o malo o indicativo de enfermedad mental, porque no hay una definición absoluta de normal y no hay una mejor manera de comportarse.

En un artículo de revisión publicado en la edición del 20 de febrero de la revista Trends in Cognitive Sciences, Holmes propone que hay variaciones en todos los rasgos humanos y, dependiendo de las circunstancias, puede haber manifestaciones positivas y negativas asociadas con cualquier rasgo. El camino que siga depende de muchos factores, indica la investigación de Holmes, incluido el contexto o las circunstancias individuales de la vida de una persona.

Las formas populares de pensar y comportarse no son necesariamente éticas, ni correctas, ni mejores que otras, simplemente porque, a veces, parece que “todo el mundo lo está haciendo” o “todos lo dicen”. Y, al mismo tiempo, no todo el comportamiento que varía de la norma es indicativo de una enfermedad o trastorno mental. La variabilidad humana es importante, señala Holmes porque hay momentos en que los rasgos positivos y negativos cumplen un propósito importante. Por ejemplo, las variaciones dentro de la región del cerebro que controla la inhibición pueden dar como resultado la búsqueda de sensaciones o el comportamiento compulsivo en las formas de adicción, criminalidad, hipersexualidad o abuso, pero también pueden manifestarse como comportamientos más positivos, como una mayor motivación para ejercicio o un alto grado de éxito social o reproductivo.

La investigación de Holmes revela que la ansiedad es otro buen ejemplo de una condición que puede funcionar a favor o en contra de nosotros, dependiendo de la situación. Mientras que un individuo angustiado puede pasar más dificultades que la mayoría de las personas en relaciones personales y situaciones sociales, el mismo rasgo puede proporcionar más motivación para luchar por el éxito en la escuela o el trabajo e incluso preservar la vida debido a una tendencia a la precaución en menos accidentes

La pregunta permanece: ¿Cuándo los rasgos anormales y el comportamiento reflejan un desorden psicológico? La respuesta es compleja pero, para empezar, señala Holmes, es importante no verse a sí mismo ni a los demás en términos de un rasgo bueno o malo específico, y no esforzarse por un tipo de comportamiento ideal homogeneizado, sino comprender la relevancia e importancia de la variabilidad humana. La respuesta a la pregunta, sugiere la investigación de Holmes, radica no solo en el reconocimiento de las condiciones psicológicas, neurológicas y genéticas existentes, sino también en el contexto ambiental. Las variaciones anormales pueden conducir al éxito cuando las personas se encuentran en situaciones que conducen a la forma en que funciona su cerebro.

Referencias

Holmes AJ y Patrick LM. El mito de la optimalidad en la neurociencia clínica. Tendencias en Ciencias Cognitivas. Marzo de 2018; 22 (3): 241-257.

http://www.cell.com/trends/cognitive-sciences/fulltext/S1364-6613(17)30268-1

Lindstrom B, Jangard S, Selbing I, Olsson A. El papel de una heurística “común es moral” en la estabilidad y el cambio de las normas morales. Revista de Psicología Experimental: General. Febrero de 2018; 147 (2): 228-242

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28891657