La filosofía de la amistad 3

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Así como la filosofía conduce a la amistad, la amistad conduce a la filosofía. En Phaedrus , que probablemente fue escrito varios años después de Lysis , Sócrates y Fedro salen a la campiña idílica a las afueras de Atenas y comparten una larga conversación sobre la anatomía del alma, la naturaleza del amor verdadero, el arte de la persuasión y la méritos de lo hablado sobre la palabra escrita. Al final de esta conversación, Sócrates ofrece una oración a las deidades locales. Esta es la famosa Oración socrática, que es notable tanto en sí misma como por la respuesta que obtiene de Fedro.

S: Amados Pan, y todos los demás dioses que rondan por este lugar, denme belleza en el alma interior; y que el hombre exterior e interior sea uno. ¿Puedo pensar que los sabios son los ricos, y que tenga tal cantidad de oro como un hombre templado y que solo pueda cargar y cargar? -¿Algo más? La oración, creo, es suficiente para mí.

P: Pregúntame lo mismo, los amigos deben tener todo en común.

Platón puede fallar en definir la amistad en Lysis , pero en Fedro nos da su encarnación viva. Sócrates y Fedro pasan el tiempo juntos disfrutando de la hermosa campiña ática mientras entablan una seria conversación filosófica. Al ejercitar y construir sobre la razón, no solo están fomentando la comprensión de los demás, sino también transformando una vida de amistad en una vida de contemplación conjunta de aquellas cosas que son más verdaderas y por lo tanto más hermosas y más confiables.

En un punto, durante una pausa en su conversación, Sócrates insiste en que continúen hablando, para que las cigarras no se rían de ellos por evitar la conversación al mediodía y confundirlos con un par de esclavos que han venido a su lugar de descanso como ganado a una charca. Por otro lado, si las cigarras ven que su canto no las ha arrullado, pueden, por respeto, ofrecerles los dones que Dios les ha dado. Por una vez, antes del nacimiento de las Musas, las cigarras solían ser seres humanos. Entonces nacieron las musas y se creó la canción, y se sintieron tan abrumados por el placer de cantar que olvidaron comer o beber y murieron sin siquiera darse cuenta. Como un regalo de las Musas, se reencarnaron como cigarras, cantando desde el momento en que nacen hasta el momento en que mueren sin sentir nunca hambre o sed. Después de morir, las cigarras informan a las Musas en el cielo acerca de quién las honra en la tierra, y se ganan el amor de Terpsícore por los bailarines, o Erato por los amantes, y de Calíope, la musa mayor, por los filósofos.

Si solo sobre la base de su respuesta a la oración socrática, es obvio que Fedro es otro ser de Sócrates, ya que toma las mismas decisiones que Sócrates e incluso justifica tomar esas decisiones sobre la base de que su amistad lo requiere.

Mientras que Aristóteles trata de decirnos qué es la amistad perfecta, Platón nos permite sentirla en todo su atractivo y poder transformador.

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Neel Burton es autor de Heaven and Hell: The Psychology of the Emotions , Platón's Shadow: A Primer en Platón, y otros libros.

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Fuente: Neel Burton