La genética del dolor crónico generalizado

Ha habido una serie de avances en la etiología del dolor crónico y generalizado que es el sello distintivo de la fibromialgia: aprendemos cada vez más acerca de la interacción de los factores fisiológicos y psicológicos; pero predecir la aparición de dicho dolor sigue siendo problemático, incluso con evidencia de una predisposición genética al desarrollo del dolor crónico. (Hay datos que muestran que los familiares de primer grado de pacientes con fibromialgia tienen 8 veces más probabilidades de tener fibromialgia).

El sistema serotoninérgico juega un papel anti-dolor y se han observado anomalías en este sistema en pacientes con fibromialgia. Aún así, no está claro si este sistema está directamente relacionado con el dolor crónico generalizado, a diferencia de la depresión reactiva asociada con la aflicción con el dolor crónico generalizado. Por esta razón, los investigadores han intentado encontrar un vínculo entre los genes en la vía de la serotonina y la fibromialgia.

Un artículo en la edición de marzo de 2011 de "Arthritis & Rheumatism" describió el primer estudio para explorar la susceptibilidad genética tanto al dolor crónico generalizado como a la extensión del dolor musculoesquelético. De hecho, hubo asociaciones de material genético conocido como polimorfismo de un solo nucleótido (SNP) con dolor musculoesquelético, es decir, en TPH2 y HTR2A. Se ha demostrado que otro SNP, rs6313, está asociado con la depresión y el síndrome de fatiga crónica, otro trastorno asociado con el dolor crónico generalizado.

Es obvio que es necesario delinear el nexo de la susceptibilidad genética, el dolor musculoesquelético y el impacto de los rasgos psicológicos. El estudio actual indicó que la cantidad de sitios de dolor solo está parcialmente relacionada con la depresión.

La información sobre la etnicidad no estaba disponible para estos sujetos de estudio, pero todos los sujetos se encontraban en el noroeste de Inglaterra, una población en su mayoría blanca. Por lo tanto, no parece que la etnia o la raza desempeñen un papel aquí.

Sin embargo, los resultados descritos anteriormente, que indican que la variación genética en el gen HTR2A se asocia con el dolor musculoesquelético, piden pruebas adicionales y de confirmación, y una exploración de cualquier relación con el estado psicológico.

Recientemente publiqué un blog sobre el uso de la mente para controlar el dolor. Bueno, antes de ser demasiado seguros de sí mismos con toda esa meditación y yoga, no podemos olvidar de dónde venimos: nuestra base es el genoma humano. Y continuamos luchando con el control de nuestras mentes o nuestros cuerpos.