En mi último blog, hablé sobre nuestra investigación del Laboratorio de Narrativas Familiares que mostró que las familias que cuentan más historias en la mesa tienen adolescentes que muestran mayores niveles de resiliencia: tienen una mayor autoestima, una mayor competencia social y académica, y menos problemas de comportamiento. Cuando compartimos nuestras historias, nos compartimos, construimos mejores relaciones y vínculos a lo largo del tiempo. Las familias que ayudan a sus hijos a contar estas historias, tanto historias sobre su día como historias sobre la familia, están ayudando a sus hijos a construir un sentido más fuerte de quiénes son en el mundo. Entonces, ¿qué pueden hacer las familias para facilitar la narración de historias?
Hay diferentes tipos de historias familiares. Aquí, me concentro en dos tipos de historias que nuestra investigación ha vinculado a la resiliencia adolescente, "Hoy en día …" historias e historias familiares compartidas. Las historias de "Hoy en día …" ayudan a la familia a volver a comprometerse como familia al final del día, ponerse al día sobre las vidas de los demás y construir un sentido compartido de conocerse y entenderse como individuos. Las historias familiares compartidas son historias de experiencias que la familia compartió juntas, como salidas familiares. Este tipo de historias construyen una historia familiar compartida, de modo que los miembros de la familia se sienten emocionalmente más cercanos, y estas historias compartidas proporcionan una base para una sensación de seguridad y pertenencia. Las historias familiares compartidas durante la cena suelen ser experiencias positivas, pero también es importante hablar de experiencias negativas o desafiantes. Así que aquí hay algunos consejos:
Para historias de "Hoy yo …"
Para historias familiares compartidas:
Y, sobre todo, no tienes que presionarlo. Las historias son la forma en que naturalmente nos comunicamos entre nosotros. Las historias surgirán naturalmente mientras hablas alrededor de la mesa. Con solo un poco de conocimiento, puede convertir estas oportunidades cotidianas de contar historias en oportunidades para construir lazos y fortaleza familiar.