La memoria está sesgada hacia la imparcialidad

Alguien que conoces gana la lotería. ¿Sería más probable que pienses que es una persona moral o inmoral por eso? O imagine que algo negativo le sucede a usted. ¿Esto afectaría tus recuerdos de ti mismo?

Una serie de estudios (aquí y aquí) han probado recientemente estas preguntas.

En un estudio, las personas fueron asignadas aleatoriamente para leer una cuenta de un empleado que fue contratado por una razón justa (él o ella estaba calificado) o una razón injusta (hubo una confusión). Semanas más tarde, se les pidió a los participantes recordar por qué la persona fue contratada. Cuando el empleado fue contratado por una buena razón, la gente tendía a recordar esto correctamente. Sin embargo, cuando el empleado fue contratado injustamente, la gente tendía a cometer un error de memoria ante la justa razón. Es decir, había un sesgo de la memoria hacia pensar que el evento fue justo y equitativo.

En otro estudio, la gente les pasó algo malo que estaba fuera de su control, o algo bueno les sucedió fuera de su control. Luego se les pidió que recordaran cosas buenas o malas que habían hecho en el pasado. Las personas, cuando habían recibido un resultado positivo, recordaban más cosas buenas que habían hecho. Es decir, había un sesgo de la memoria hacia la percepción del comportamiento pasado del yo de manera más favorable cuando algo bueno le había sucedido a uno mismo, pero peor cuando algo malo le había sucedido a uno mismo.

Esta investigación se basó en investigaciones que muestran que las personas tienen una fuerte tendencia a (incluso la necesidad de) percibir el mundo como justo y justo. Esta investigación también se encuentra en una larga línea de evidencia que sugiere que la memoria no es solo una copia de lo que realmente sucedió. Es una mezcla de una amplia gama de cosas, como lo que estás pensando actualmente, lo que hay en el entorno físico, los olores, los sonidos, las emociones e incluso cosas como el prejuicio y la necesidad de justicia (percibida) y equidad.

Queremos percibir el mundo como justo y justo. Así que nuestra memoria está configurada para inclinarnos a creer, por ejemplo, que las personas buenas suceden cosas buenas y que las personas malas suceden cosas malas. Y, una vez que algo sucede, nuestros recuerdos están predispuestos a percibir esto como justo y justo.

Esto, por supuesto, no quiere decir que siempre concluiremos que algo es justo y justo, sino que nuestros recuerdos están predispuestos a llegar a esta conclusión.