Las bendiciones y las maldiciones de la impulsividad

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Probablemente ya lo haya hecho antes, haya enviado una respuesta ofensiva a un correo electrónico, haya dicho algo de lo que más tarde se arrepintió o haya hecho algo para desearle no haberlo hecho. Sí, tú, como muchos otros, probablemente has sido víctima de la impulsividad. Puede haber ocasiones en que sus acciones impulsivas dieron sus frutos. Sin embargo, existen esos momentos en los que su comportamiento impulsivo puede haberlos dejado preguntando "¿Qué estaba pensando?" No hay duda, la complejidad de la impulsividad puede ser una bendición por un lado y una maldición por el otro.

Las bendiciones

Reconozcámoslo: la impulsividad a menudo tiene mala reputación y eso no es justo porque puede ser una fuerza motriz detrás del genio artístico. Por ejemplo, algunas obras de arte, libros y música realmente grandiosos han surgido de una acción impulsiva. La impulsividad puede impulsar e incluso mejorar los momentos creativos. Si ha experimentado el lado positivo de la impulsividad, entonces no es ajeno a la necesidad imperiosa de actuar espontáneamente por capricho. Algunas veces tus acciones improvisadas pueden servir para un buen propósito. Le permiten a usted, el que toma las decisiones, actuar con rapidez y aprovechar una oportunidad que de lo contrario podría pasarle por alto. Este tipo de impulsividad fructífera y positiva se ha denominado "impulsividad funcional" y se podría llamar una bendición disfrazada.

Las maldiciones

Hay momentos en que actuar demasiado apresuradamente puede ocasionar grandes problemas. Probablemente puedas pensar en un momento en el que tu impulsividad te arrepintió después de lo que hiciste o dijiste. Este tipo de comportamiento se conoce como "impulsividad disfuncional" y el nombre lo dice todo. Cuando actúas constantemente por impulso, pareces fuera de control, tu comportamiento es errático y tu vida puede sentirse inestable. Es comparable a dejar que un conductor imprudente tome el control de su vida. Permites que tus deseos y deseos te guíen por un camino de destrucción. La impulsividad puede convertirse en una maldición cuando las decisiones de estímulo del momento no son moderadas por la previsión y la lógica.

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Golpea el equilibrio correcto

¿Cómo puedes lidiar con impulsos y deseos impulsivos y no dejar pasar una buena oportunidad? La respuesta está en lograr el equilibrio correcto. Debes aprender a controlar y domar tus acciones impulsivas. Los pasos a continuación pueden ayudarlo a recuperar el control y regresar al asiento del conductor de su vida.

1. Aumenta tu autoconciencia

Tomar conciencia de las situaciones que resultan en impulsividad. Pregúntese: "¿Qué necesidades y deseos estoy tratando de cumplir cuando actúo de esta manera?" Conocer y comprender sus factores desencadenantes lo ayudará a identificar las situaciones que a menudo resultan en comportamientos impulsivos.

2. Tómese un tiempo de autoimpuesto

Las probabilidades son que si no estás en una situación de vida o muerte, puedes esperar tu tiempo. Claro, habrá situaciones que lo obligarán a actuar por capricho, pero en la mayoría de los casos su decisión puede esperar. Poner algo de espacio entre usted y el evento puede ayudar a disminuir el impulso de la tripa. Prueba esto: respira profundo y relaja tu cuerpo y mente. Si es imposible escapar, entonces toma un descanso mental. Aléjese pensando en algo relajante, como correr por un sendero familiar, disfrutar de un café con leche en su cafetería favorita o escaparse a un lugar que guarde buenos recuerdos. Permita que se aleje momentáneamente. Tomar un descanso mental lo ayudará a alejarse de la situación cuando no puede escaparse físicamente.

3. Encuentre un Socio de Equilibrio

Confíe en un amigo o compañero de confianza que pueda ayudarlo a controlar sus decisiones de estímulo momentáneo. Relance sus ideas de esta persona y obtenga una perspectiva diferente de la situación. A menudo, tener un punto de vista nuevo puede ayudarte a ver las cosas más claramente.

4. Poner estrategias alternativas en su lugar

¿Detiene respuestas en clase o interrumpe durante las reuniones? ¿Su impulsividad causa problemas en sus encuentros cotidianos? Si es así, encuentre una manera de domesticar su comportamiento sustituyéndolo por otro, uno más aceptable. Por ejemplo, si con frecuencia habla fuera de turno, lleve consigo una pequeña libreta y anote sus pensamientos o, si es un experto en tecnología, descargue una aplicación de notas y escriba sus pensamientos. Poner pequeños pasos en su lugar para cambiar su comportamiento puede evitar dar un salto hacia lo desconocido.

5. Aprende a relajarte a través de Mindfulness

Practique vivir en el momento y observe lo que sucede a su alrededor. Reconozca sus pensamientos impulsivos por lo que son: un pensamiento, nada más y nada menos. Un pensamiento en sí mismo no es dañino; es la acción que sigue lo que puede volverse problemático. La atención plena te ayuda a observar tus pensamientos a distancia y les permite ir y venir libremente. El yoga y la meditación son excelentes maneras de enseñarle cómo detenerse, respirar y vivir el presente.

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Y ahí lo tiene, las ventajas y desventajas de la impulsividad junto con las formas de lograr el equilibrio correcto entre los dos. Entonces, la próxima vez que sienta el deseo de actuar por capricho, ponga algo de espacio entre sus pensamientos y acciones y pregúntese si su deseo impulsivo es una bendición o una maldición.