No hay “interés” colocado en la gratitud

El “interés” es tóxico cuando se aplica a la gratitud o amabilidad.

Hace poco leí un libro fascinante sobre economía del economista griego Yanis Varoufakis, titulado Hablando con mi hija acerca de la economía: o, Cómo funciona el capitalismo y cómo falla. Utilizando lenguaje y ejemplos atractivos y accesibles, Varoufakis describe los orígenes históricos del sistema económico actual.

Una sección me llamó la atención: fue sobre cómo se desarrolló el concepto de “interés”. Los seres humanos siempre han contraído deudas, por ejemplo, diciendo a su vecino: “Te debo el pescado que pescaste”. Sin embargo, con la invención de los contratos legales, el deudor (el tipo que comió el pescado) está obligado a pagar la deuda. acreedor (el vecino que los atrapó). Pero los contratos también incluían un complemento crítico, es decir, el deudor generalmente tenía que devolver no solo el préstamo original (de tiempo o dinero) sino algo adicional. Ese algo extra, un excedente, se llama “interés”.

El interés es uno de los fundamentos de los sistemas económicos de mercado. Sin él, no habría bancos. Y sin bancos, solo existiría la forma más rudimentaria de comercio.

Me puse a pensar en el concepto de interés y en cómo el interés crítico es hacer funcionar nuestra sociedad de mercado. Pero no soy economista. Mi campo es la ciencia del bienestar, y mi laboratorio estudia cómo (y por qué) practicar actividades como la gratitud y la bondad hace que las personas sean más felices.

La cosa es que no hay “interés” puesto en la gratitud o la bondad. Si Brian expresa gratitud a Lucy, por lo general no esperaría que ella corresponda. Pero incluso si lo hiciera, ciertamente no esperaría que su futura gratitud hacia él fuera aún más grandiosa o más genuina o más profunda que la suya.

Si Lucy hace un acto de bondad por Brian, puede o no esperar que él le devuelva el favor, pero sería extraño que ella esperara que su acto de bondad en el futuro sea incluso más grande o más difícil que el de ella.

La falta de interés en la gratitud o la bondad es una de las razones por las que estas prácticas son tan poderosas para crear emociones positivas y hacer que las personas estén más satisfechas con sus vidas. El interés puede ser necesario en las relaciones transaccionales, pero es tóxico cuando se aplica a nuestros amigos, vecinos, colegas, familiares y novios.