Todos los padres esperan criar a un niño cálido, amable y adaptado socialmente, pero inevitablemente, muchas madres y padres tienen la tarea de amar y guiar a un joven que otros conocen como un matón del patio de recreo, un “niño problemático”, o el chico más malo en clase. Cuando el comportamiento de los niños desafía los estándares de la comunidad o contradice los buenos valores familiares, es probable que los padres se sientan juzgados, avergonzados, indefensos o temerosos. Intentar jugar al detective para llegar a la raíz del comportamiento de un niño es difícil, y agregar vergüenza o culpa al paisaje no ayudará en absoluto. La buena noticia es que un plan de acción concreto es muy prometedor para transformar positivamente una tendencia a la baja del comportamiento infantil.
PREGUNTAS CRUCIALES A PREGUNTAR
La investigación muestra que cuando un niño muestra un comportamiento perturbador, una combinación de consecuencias y conexión es más efectiva para cambiar las cosas. Para evaluar su situación, comience por hacerse 2 preguntas sobre el comportamiento de su hijo:
1. ¿Su hijo casi siempre es discutidor, oposicionista o grosero?
2. Con base en sus propias observaciones y en los informes de otros, ¿su hijo parece indiferente a los sentimientos de otras personas O su hijo parece disfrutar el dolor de otra persona?
Si respondió “sí” a cualquiera de estas preguntas, siga las acciones concretas que se detallan a continuación, y también busque ayuda externa para brindar a su hijo apoyo emocional y / o de salud mental adicional. Si respondió “no” a las dos preguntas anteriores, la estructura disciplinada y afectuosa aquí puede ser singularmente efectiva para manejar las malas conductas ocasionales de su hijo.
ACCIONES CONCRETAS PARA SU CONJUNTO DE HERRAMIENTAS PARA PADRES
Sepa también que las relaciones prosperan en la validación. Cuando los padres validan los sentimientos de los niños, fortalecen el vínculo entre padres e hijos, al tiempo que proporcionan a los niños un modelo para validar los sentimientos de las personas que encuentran en su vida cotidiana. Incluso en medio de la mala conducta, un padre puede decir “siento que te sientas así”, o “puedo ver que esto es difícil para ti”. Tales declaraciones empáticas no toleran la mala conducta ni deben borrar una consecuencia justificada, pero afirman que los sentimientos de un niño son válidos. Esto es crucial, porque la sintonía con los sentimientos de otras personas se encuentra en la raíz del comportamiento pro-social.
MOVER SU ENFOQUE LEJOS DE LA FALLA
El hecho es que existen factores desconcertantes relacionados con por qué los niños pueden ser perjudiciales, amenazantes o poner en riesgo a otros, y es prácticamente imposible determinar la combinación precisa de acciones y atributos de los padres que afectan lo que un niño decide hacer. Los padres no necesitan internalizar la culpa o la culpa; elegir enfocarse en establecer límites claros mientras se apoya emocionalmente es el mejor curso de acción que un padre puede tomar.