Los siete peligros ocultos de melancolía y rumia

Es natural reflexionar sobre experiencias o preocupaciones dolorosas. Repasando estas escenas en nuestras mentes, esperamos alcanzar nuevos puntos de vista o entendimientos que reduzcan nuestra angustia y nos permitan seguir adelante. Pero este proceso natural de autorreflexión a menudo se tuerce de tal manera que, en lugar de lograr una liberación emocional, simplemente tocamos las mismas escenas angustiantes en nuestra cabeza una y otra vez, sintiéndonos aún más tristes, enojados o más agitados, cada vez que lo hacemos.

Repetimos las escenas de una ruptura dolorosa y volvemos a analizar cada matiz de la última conversación, repasaremos el juego de los últimos momentos antes de que nos viéramos afectados por un trauma o una pérdida, revivimos todas las reuniones en las que nuestro jefe nos criticó frente a nuestros colegas, o interpretar varias versiones de una confrontación enojada, incluso cuando es una que quizás nunca tengamos. El impulso de rumiar y pensar puede atacar en cualquier momento, asumiendo nuestros pensamientos cuando estamos yendo al trabajo, cuando estamos en la ducha, cuando preparamos la cena o cuando estamos tratando de hacer nuestro trabajo. Antes de que lo sepamos, nuestro estado de ánimo se arruina y nuestras emociones se sienten más raras que nunca.

Los 7 peligros ocultos de ser atrapado en un ciclo de rumia

Rumiar se considera una forma de autoreflexión desadaptativa porque ofrece pocas ideas nuevas y solo intensifica la angustia emocional y psicológica que ya sentimos. Puede parecer obvio que tales ciclos de reflexión son emocionalmente angustiosos pero menos evidentes son los riesgos significativos que representan para nuestra salud mental y física.

1. Las rumiaciones crean un círculo vicioso que puede atraparnos fácilmente. El impulso de rumiar puede parecer verdaderamente adictivo de tal forma que cuanto más rumiamos, más nos sentimos obligados a seguir haciéndolo.

2. La rumia puede aumentar nuestra probabilidad de deprimirse, y puede prolongar la duración de los episodios depresivos cuando los tenemos.

3. La rumia se asocia con un mayor riesgo de abuso de alcohol. A menudo bebemos para tomar el borde de la constante irritabilidad y tristeza que resulta de nuestra melancolía constante.

4. La rumiación también se asocia con un mayor riesgo de trastornos alimentarios. Muchos de nosotros comenzamos a usar la comida para manejar los sentimientos angustiosos que provocan nuestras reflexiones.

5. La rumiación fomenta el pensamiento negativo. Gastar una cantidad desproporcionada de tiempo enfocándonos en los eventos negativos y angustiantes puede colorear nuestras percepciones generales de tal manera que también comencemos a ver otros aspectos de nuestras vidas demasiado negativamente.

6. La rumiación fomenta problemas de resolución de problemas. Como ejemplo, un estudio encontró que las mujeres con tendencias de rumiantes que encontraron un bulto en sus senos esperaron 2 meses más que los no rumiantes para programar un examen de los senos.

7. Ruminating aumenta nuestras respuestas psicológicas y fisiológicas de estrés a tal grado que en realidad puede poner en mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Rompiendo el ciclo de rumia

Debido a la naturaleza "adictiva" de las reflexiones, la mejor manera de romper el encanto de nuestra melancolía es irse 'sin parar'. Específicamente, debemos tratar de sorprendernos a nosotros mismos rumiando tan rápido como podamos cada vez, y encontrar maneras de distraernos para ocupar nuestras mentes con algo más que el enfoque de nuestras reflexiones. Y para ser claro, cualquier otra cosa servirá. Ya sea viendo una película, haciendo ejercicio, haciendo crucigramas o jugando Angry Birds, cualquier cosa que nos obligue a concentrarnos nos obligará a dejar de pensar. Con el tiempo, al evitar que la rumia se desarrolle y al no reforzar su encanto, disminuirá la necesidad de volver a visitarla.

Para obtener más información acerca de mi propia experiencia con la rumia y cómo la superé, vea mi breve y bastante personal charla de TED sobre salud psicológica aquí:

La distracción no es la única forma de romper un ciclo de rumia. En futuros artículos, analizaré otras formas de "tratar" la rumia, incluidas aquellas basadas en investigaciones nuevas y emocionantes. Para un examen completo de las heridas psicológicas que la rumiación puede infligir y un enfoque integral para tratar estas heridas, consulte mi libro: Primeros auxilios emocionales: Rechazo sanador, Culpabilidad, Fracaso y Otros daños cotidianos (Plume, 2014).

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Copyright 2013 Guy Winch

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Referencia: Nolen-Hoeksema, S., Wisco, BE, y Lyumbomirsky S., "Repensar la rumia", Perspectives on Psychological Science, 2008 (3) 400-424.

* Imagen del teaser cortesía de FreeDigitalPhotos.net