Mi modelo de rol para hacer frente a la adversidad

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Hay algunas personas que han recibido una parte desproporcionada de las cosas malas que les suceden, más que la cantidad esperada de eventos que llegarían a uno en la vida. Esto es a pesar de lo que hacen o dejan de hacer. No causan nada que lo provoque, y no hay forma de entenderlo. ¡Claramente no es justo! Pero entonces, nadie prometió que la vida sería justa. Personalmente, conozco a una mujer en esta situación, una muy querida amiga mía. Es desgarrador para mí y para quienes la aman. La ironía es que mi amiga ha cumplido honestamente con todas las reglas, se cuida bien, no bebe ni fuma, come comidas saludables, se mantiene físicamente activa y tiene un peso saludable. También ha dedicado su vida a su amada familia y ha ayudado a otros a mantenerse saludables como médico en ejercicio. Y sin embargo, la cinta transportadora de desventuras médicas continúa con ella, esta última siendo la más sombría.

Uno pensaría que una persona en su situación estaría decaída y deprimida, con mal humor y pérdida de interés en la vida, la familia y todas las cosas a su alrededor. BIEN – ¡este no es el caso! Ella es mi modelo a seguir para lidiar con la adversidad. No importa el evento negativo de la vida, siempre ha mantenido una disposición alegre al interactuar con los demás, aunque en el fondo de la realidad de su situación es aleccionador. De alguna manera ha logrado mantener las cosas en perspectiva mientras viaja a lo largo del largo camino de un problema médico serio al siguiente. Y lo hace con una esperanza que se nos escapa a la mayoría de nosotros.

Dicen que la actitud lo es todo, y ciertamente es cierto de mi querido amigo. Ella tiene la actitud más positiva pero realista que jamás haya visto, sin ser enfermiza y dulce al respecto. Le agradezco las muchas veces que compartió eso conmigo, me ayudó a salir de mi profundo abismo de depresión, siempre allí para escuchar y alentarme a pesar de sus propios problemas. Enfrentado a graves problemas médicos que devastarían a otra persona, ella los toma con calma como inconvenientes temporales, todo mientras planificamos nuestra próxima excursión al Fenway Park o a la Escuela de Golf. Nunca antes nadie que piense en sí misma primero, a menudo la encuentro no sintiéndose muy bien pero tratando de convencer a las señoras "mayores, más enfermas" de que hagan de puente o de que sirvan la mesa del Garden Club en su venta anual de plantas. Siempre preguntando por otras personas y minimizando sus propios problemas.

Escribo esto porque todos haríamos bien en aprender de una persona como mi querida amiga, de su ejemplo. Nos beneficiaríamos mucho al absorber sus habilidades sobre cómo lidiar con los momentos difíciles de nuestras vidas, de los que ha tenido demasiados. Ella los carga con una gracia y compostura que excede nuestra imaginación, y que haríamos bien en emular. Solo lamento que haya tenido que soportar esta carga.