Mirando más allá de nuestros problemas y mirando hacia nuestras soluciones, Pt. 1

Mantenga su mano frente a su cara con el pulgar doblado. ¿Cuántos dedos ves? Cuatro, ¿verdad? Tal vez tal vez no.

Uno de los mantras que hemos escuchado últimamente es "ser parte de la solución, no ser parte del problema". En los negocios se cree que uno nunca debe entrar a la oficina de un supervisor con un problema, sino con un problema y una solución, incluso si no es la correcta. ¿Como hacemos eso?

A menudo nos encontramos atascados porque nos obsesionamos con el problema al que nos enfrentamos, colgados de lo que tenemos enfrente. Esto limita nuestra visión, limita nuestra creatividad y limita nuestras posibilidades. Nos limita, más al punto, nos limitamos. Si podemos dejar de lado nuestras ansiedades, podemos ver más claramente y así ampliar las posibilidades de nuestra respuesta.

Primero, tenemos que descubrir qué nos mantiene atrapados. A menudo, es un hábito de la mente. Si creemos que algo es cierto, tendemos a comportarnos de una manera que confirma esa verdad, ya sea consciente o inconscientemente.

Piensa en algo que es una constante negativa en tu vida. Tal vez siempre llegues tarde, incluso cuando tratas de llegar a tiempo. Tal vez luches con las finanzas, a pesar de que ganas mucho dinero. Tal vez elija constantemente un tipo particular de relación, o se comporte mal en determinadas circunstancias.

Toma esa circunstancia y escríbela. Simplifica la idea de esa circunstancia; ponla en un lenguaje simple en una oración que sea lo suficientemente corta como para caber en una pegatina para el parachoques.

Ahora, haz lo mismo con una constante positiva en tu vida. Tal vez eres extremadamente puntual. Tal vez eres un mago con un dólar, y tienes más que suficiente aunque ganes un salario mínimo. Tal vez has estado felizmente casado por 30 años. Haz el mismo ejercicio.

Ahora ha identificado dos verdades centrales, una positiva y otra no tan positiva. Piensa e intenta identificar de dónde vienen esas verdades. Tal vez siempre llegas tarde porque tu padre siempre estaba adelantado a lo programado y constantemente te criticaba por "muévete" y aceptabas las instrucciones de que eras lento. Tal vez seas bueno con la administración del dinero porque creciste como un pobre y te prometiste a ti mismo que nunca te quedarías sin él, o una vez te humillaron porque te fallaron.

Ahora ha identificado dos Creencias centrales. Y son esas creencias, buenas, malas o indiferentes, las que impulsan nuestras elecciones e interfieren con nuestras decisiones o las promueven. Son la lente a través de la cual vemos un problema o con el que vemos un problema pasado.

Identificar esas verdades, suspender o incluso cambiar esas creencias es lo que nos permite liberarnos de nuestra esclavitud autoimpuesta y la tiranía de nuestros propios miedos.

Entonces, mantén tu mano frente a tu cara con el pulgar doblado. ¿Cuántos dedos ves? No mires la mano (el problema) … mira más allá.

¿Cuántos dedos ves? Si dijiste ocho, tu visión se está aclarando.

© 2008 Michael J. Formica, Todos los derechos reservados

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