Existe una expectativa universal y un impulso cultural para pasar las vacaciones con la familia. Aunque los centros comerciales se entusiasman con las fiestas, las luces parpadean en las casas y los anuncios de televisión muestran a las familias retozando en la nieve, es importante tener en cuenta que este puede ser un momento de gran ambivalencia y abatimiento emocional para muchas personas. Necesitamos normalizar para amigos y seres queridos que esta época del año puede estar plagada de desencadenantes únicos y difíciles que incluyen: sentimientos de pérdida y aflicción; resentimiento; culpa; enfado; ansiedad; e incluso temer
A pesar de la presión de irse a casa para las vacaciones, muchas personas merecen y necesitan permiso para procesar de manera segura y sin prejuicios las opciones de acortar o evitar las visitas familiares que son tóxicas. Es comprensible que para algunas personas sea demasiado incómodo emocionalmente desconectarse por completo de la familia extendida. En esos casos, vale la pena explorar las estrategias de establecer límites o elegir visitar con "cláusulas de escape" que brindan una salida o excusa para irse si la reunión se vuelve negativa o abusiva.
Aquí hay algunas sugerencias adicionales para ayudar a navegar potenciales campos de minas emocionales y vulnerabilidades durante la temporada de vacaciones:
En la próxima entrega veremos la conexión entre las vacaciones, el estrés y los comportamientos autodestructivos.