Por qué nos necesitamos unos a otros

John vive solo, pero es muy sociable. Tiene muchos amigos con los que pasa mucho tiempo y los ve con frecuencia. Sin embargo, se siente triste y decepcionado porque sus amistades no parecen satisfacer sus necesidades. Él no deriva un sentido de conexión con los demás y una sensación de satisfacción. A pesar de su ocupada vida social, se siente solo y solo.

Albert vive solo y tiene dos amigos cercanos a los que ve de vez en cuando. Cuando se reúne con ellos, pasa un buen rato hablando de los acontecimientos y deportes actuales, así como de los pensamientos y sentimientos de los demás con respecto a sus vidas. Cuando no está en el trabajo o en compañía de otros, Albert no se siente solo porque dedica tiempo a actividades que le interesan y le dan energía.

Generalmente, la soledad es una condición negativa que resulta de un estado de soledad. Las personas que desean más relaciones interpersonales de las que realmente tienen pueden desarrollar sentimientos de soledad. Cuánta conexión social necesita una persona influye en la cantidad de soledad que puede tolerar. Sin embargo, no es la cantidad de relaciones sociales lo que determina si las personas se sienten solas. Más bien, son las reacciones emocionales y cognitivas que experimenta el individuo en relación con estas conexiones lo que juega un rol en experimentar la soledad. Por ejemplo, las interacciones sociales en las que un individuo siente lo siguiente están asociadas con la soledad

  • Desconfianza
  • Conflicto emocional
  • Falta de apoyo social

John y Albert viven solos y tienen amigos; sin embargo, el que tiene una vida social más activa se siente solo. ¿Por qué? Estar solo puede provocar reacciones negativas relacionadas con la soledad (p. Ej., Tristeza, desesperanza) o puede tener reacciones positivas relacionadas con la soledad (p. Ej., Crecimiento espiritual y creativo, restauración de la salud y la energía). Las relaciones de John no parecen proporcionarle lo que necesita o quiere, disfrute o significado, por lo que se siente privado de la conexión y tal vez deseando relaciones que sean más satisfactorias. Por otro lado, Albert parece beneficiarse de las interacciones que tiene con sus amigos, y pasa a disfrutar su tiempo a solas. Además, Albert no parece querer más conexiones interpersonales.

No sabemos mucho sobre John y Albert; es decir, quiénes son caracterológicamente. Sin embargo, sí sabemos que las siguientes características relacionadas con el individuo están asociadas con la soledad

  • Timidez
  • Baja autoestima
  • Autoconciencia
  • Retiro social
  • Enfado

Sentirse solo es normal; para algunos, puede ser muy aterrador y destructivo. Como mínimo, duele. La soledad también puede convertirse en una enfermedad crónica y persistente con graves condiciones mentales y físicas que incluyen

  • Aislamiento social
  • Depresión
  • Abuso de sustancias
  • Pobre sueño y apetito
  • Pensamientos y comportamiento suicidas
  • Deterioro del funcionamiento inmune y cardiovascular

El tratamiento para la soledad se dirige a aumentar las interacciones sociales de la persona, así como también a brindarles las habilidades sociales y las oportunidades para hacerlo. Algunos de estos son

  • Terapia grupal para personas solitarias
  • Eventos comunitarios para personas que están o se sienten solos

La investigación ha encontrado que la terapia cognitivo-conductual que se centra en modificar los pensamientos negativos que el individuo tiene sobre los demás y las relaciones sociales puede ser muy útil. El grado de soledad se puede reducir al educar a la persona sobre cómo sus creencias son irracionales y dañinas para ellos mismos, así como también la perpetuación de sus problemas. Además, es importante evaluar y tratar (incluido el uso de medicamentos, si está indicado) cualquier condición psicológica subyacente que pueda estar contribuyendo o como resultado de la soledad de la persona.

Los humanos, por necesidad, evolucionaron en seres sociales. La dependencia y la cooperación entre nosotros mejoraron nuestra capacidad de sobrevivir en circunstancias ambientales adversas. Aunque las amenazas de supervivencia de estas circunstancias han disminuido en el mundo de hoy, las personas siguen teniendo la necesidad de afiliarse con otros. De hecho, la falta de tales conexiones puede conducir a muchos problemas, incluida la soledad.

En nuestra era digital avanzada, una de las preocupaciones predominantes con respecto a la creciente emergencia de la soledad es cómo nos hemos vuelto menos cuidadosos con los demás. En un momento, nuestra propia supervivencia dependía de relaciones de confianza y de apoyo. Fundamentalmente, no importa cuán tecnológicamente sofisticados nos volvemos; la conectividad emocional sigue siendo una parte central del ser humano. Nos necesitamos unos a otros, tal vez no de la manera que nos caracteriza evolutivamente, sino por una necesidad que sigue siendo esencial para la supervivencia psicológica.