¿Qué es el sesgo de confirmación?

Imagine que ha tratado de comunicarse con un amigo (con quien tiene una relación ambivalente) por teléfono (o correo electrónico), dejando mensajes, pero que no ha recibido una llamada a cambio. En una situación como esta, es fácil sacar conclusiones de manera intuitiva de que su amigo quiere evitarlo. El peligro, por supuesto, es dejar esta creencia sin control y comenzar a actuar como si fuera verdad.

El sesgo de confirmación ocurre a partir de la influencia directa del deseo en las creencias. Cuando a las personas les gustaría que cierta idea / concepto sea cierto, terminan creyendo que es verdad. Están motivados por ilusiones. Este error lleva al individuo a dejar de recopilar información cuando la evidencia reunida hasta el momento confirma los puntos de vista (prejuicios) que a uno le gustaría que fueran ciertos.

Una vez que hemos formado una vista, adoptamos información que confirma esa vista sin tener en cuenta, o rechazando, la información que arroja dudas sobre ella. El sesgo de confirmación sugiere que no percibimos las circunstancias objetivamente. Seleccionamos esos datos que nos hacen sentir bien porque confirman nuestros prejuicios. Por lo tanto, podemos convertirnos en prisioneros de nuestras suposiciones. Por ejemplo, algunas personas tendrán una fuerte inclinación a desestimar cualquier afirmación de que la marihuana puede causar daño como nada más que la locura anticuada de los refrigeradores. Algunos conservadores sociales minimizarán cualquier evidencia de que la marihuana cause daño.

El sesgo de confirmación también se puede encontrar en personas ansiosas, que ven el mundo como peligroso. Por ejemplo, una persona con baja autoestima es muy sensible a ser ignorada por otras personas, y constantemente monitorean en busca de signos de que a las personas no les gusten. Por lo tanto, si te preocupa que alguien esté molesto contigo, estás predispuesto a toda la información negativa que esa persona actúa hacia ti. Usted interpreta el comportamiento neutral como indicativo de algo realmente negativo.

Las ilusiones son una forma de autoengaño, como el falso optimismo. Por ejemplo, a menudo nos engañamos a nosotros mismos, como decir solo este; no es tan engorde; Dejaré de fumar mañana. O bien, cuando alguien está "bajo la influencia", se siente seguro de poder conducir con seguridad incluso después de tres o más anteojos.

El autoengaño puede ser como una droga, lo insensibiliza de la cruda realidad, o hacer la vista gorda ante lo difícil que es reunir evidencia y pensamiento. Como dijo Voltaire hace mucho tiempo, "la ilusión es el primero de todos los placeres". En algunos casos, el autoengaño es bueno para nosotros. Por ejemplo, para tratar ciertas enfermedades, tener pensamientos positivos en realidad puede ser beneficioso, como el cáncer, pero no la diabetes o la úlcera. Existe una evidencia limitada de que creer que se recuperará ayudará a reducir el nivel de hormonas del estrés, lo que le brindará al sistema inmunitario y a la medicina moderna una mejor oportunidad de hacer su trabajo.

En resumen, las personas son propensas a creer lo que quieren creer. Intentar confirmar nuestras creencias es algo natural, mientras que se siente fuerte y contradictorio buscar evidencia que contradiga nuestras creencias. Esto explica por qué las opiniones sobreviven y se extienden. Las instancias que no confirman son mucho más poderosas para establecer la verdad. La falta de confirmación requeriría buscar evidencia para refutarla.

La lección para llevar a casa aquí es que establezca su hipótesis y busque instancias para demostrar que está equivocado. Esta es quizás una verdadera definición de autoconfianza: la capacidad de mirar el mundo sin la necesidad de buscar instancias que satisfagan su ego.

Para la toma de decisiones grupales, es crucial obtener información de cada miembro de manera que sean independientes. Por ejemplo, como parte del procedimiento policial, para derivar la información más confiable de múltiples testigos de un delito, los testigos no pueden debatirlo antes de dar su testimonio. El objetivo es evitar que los testigos imparciales se influyan entre sí. Se sabe que Abraham Lincoln llenó intencionalmente su gabinete con políticos rivales que tenían ideologías extremadamente diferentes. Al tomar una decisión, Lincoln siempre alentó el debate y la discusión vigorosa.