¿Qué es la Conciencia?

Cuando estaba en la escuela secundaria, no sabía que existía el problema de "mente-cuerpo". En aquel entonces, pensé que ser consciente solo significaba "estar vivo", es decir, que la conciencia llegaba de forma gratuita si uno era un organismo vivo. Desde ese punto de vista, uno está vivo y, debido a esto, uno es consciente de sus estados corporales y sus pensamientos. Nunca consideré la conciencia como un logro real de la función nerviosa.

Cuando hablo de conciencia, me refiero a la forma más básica de conciencia, el tipo que cae bajo las rúbricas de "experiencia subjetiva", "qualia", "sensibilidad", "conciencia básica" y "estado fenoménico". Esta forma básica de conciencia fue definida por el filósofo Thomas Nagel, quien afirmó que un organismo tiene conciencia básica si hay algo en lo que se siente ser ese organismo, algo que es, por ejemplo, ser humano y experimentar dolor, amor, dificultad para respirar, o incluso un sueño sobre, por ejemplo, llegar tarde a la clase (sí, uno tiene experiencias conscientes mientras sueña). De manera similar, el filósofo Ned Block afirmó que "el aspecto fenomenalmente consciente de un estado es lo que es estar en ese estado".

Con esta definición en mente, podemos plantear una pregunta que, en mi opinión, revela la gravedad del problema mente-cuerpo: ¿qué tendríamos que hacer para provocar que una máquina (inconsciente), como un robot, experimente, digamos, un sueño? ? Esto requeriría algo más que la capacidad de detectar y responder a estímulos externos.

Patty Mooney [CC BY-SA 3.0]
Fuente: Patty Mooney [CC BY-SA 3.0]

Hoy, responder a esa pregunta (y descubrir los eventos en el sistema nervioso que son responsables de la instanciación de la conciencia) sigue siendo uno de los desafíos más desalentadores en la ciencia. Este rompecabezas a menudo se clasifica como una de las principales preguntas sin respuesta en la ciencia. Algunas de las más grandes mentes científicas, incluidos los Premios Nobel Leon Cooper, Francis Crick, Gerald Edelman, Eric Kandel y Charles Sherrington han llegado a la conclusión de que responder a esta pregunta es uno de los mayores enigmas de la ciencia.

En detrimento del científico, el problema es mucho más difícil de lo que los no expertos pueden suponer: los investigadores que se centran en el problema no solo son incapaces de tener una idea de cómo algo como la conciencia podría surgir de algo como el cerebro, ni siquiera pueden comenzar a comprender cómo algo como la conciencia podría surgir de cualquier conjunto de circunstancias reales o hipotéticas.

Hasta la fecha, no tenemos ni una sola pista sobre cómo algo inconsciente puede convertirse en algo que es consciente, es decir, en algo para lo que hay algo que es ser esa cosa.

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Foto: Patty Mooney [CC BY-SA 3.0]