¿Querer sentirse bien, familiar o útil?

Maya Tamir es una psicóloga de la Universidad Hebrea de Jerusalén que estudia la motivación de las personas para experimentar diversas emociones. Su investigación muestra que las personas generalmente buscan emociones con sentimientos positivos, pero que esto no ocurre cuando las personas creen que tener una emoción negativa les ayuda a alcanzar un objetivo específico. Por ejemplo, cuando se les da una opción entre un video que los enojará, o un video que los hará felices, las personas tienden a elegir el video feliz en circunstancias normales. Pero, si las personas piensan que se enfrentarán a alguien en un estudio, entonces es más probable que elijan ver el video enojado.

Tamir y sus colegas también han investigado que cuando las personas leen evidencia de que una emoción específica (positiva o negativa de sentir) tiene un uso, entonces es más probable que se pongan en situaciones que induzcan a esa emoción. Es decir, si a alguien se le hace creer (o simplemente cree de forma natural) que la ansiedad es beneficiosa, buscará ansiedad y, a su vez, la sentirá con más frecuencia.

Pero, ¿qué pasa con las emociones familiares? ¿A la gente le gusta y busca emociones familiares más que otras poco comunes? ¿O la gente simplemente busca emociones que se sientan bien?

Tamir preguntó a cientos de participantes con qué frecuencia experimentan enojo, ansiedad y alegría (como una medida de familiaridad). Luego les hizo varias preguntas sobre cuánto les gustan estas emociones (qué tan bien se sienten) y cuánto desean sentir estas emociones (con qué frecuencia elegirían las emociones).

Los resultados indicaron que las personas calificaron las emociones familiares como más queridas y buscadas que las emociones poco comunes. Curiosamente, este fue el caso si las emociones fueron valenciadas positivamente (alegría) o negativamente (ira, ansiedad).

Esto tiene algunas implicaciones potencialmente interesantes. En primer lugar, sugiere que hay una motivación que podría contribuir a que las personas deseen sentirse mal (es decir, que sea familiar). En segundo lugar, sugiere que podría haber un conflicto (para algunas personas) entre desear sentirse bien consigo mismo y querer sentirse como usted mismo.

De hecho, hay una gran cantidad de investigaciones que muestran que cuando las personas tienen baja autoestima en un área específica, es más probable que elijan un compañero (en una relación o una tarea en un estudio de laboratorio) que las califique mal en ese específico zona. La idea es que las personas necesitan "autoverificación" (para que las personas las vean tal como se ven) y también necesitan sentirse bien (para que las personas las vean favorablemente). Y a veces, estas dos motivaciones entran en conflicto.

Por lo tanto, una respuesta a por qué las personas pueden querer experimentar emociones negativas es que las emociones pueden sentirse familiares o pueden ser percibidas como útiles. El resultado es que hay motivaciones que entran en conflicto con querer simplemente sentirse bien.

1 – Vale la pena señalar que esta investigación no se realizó en muestras de personas con diversos trastornos del estado de ánimo (depresión, ansiedad, etc.). Es posible que los resultados sean bastante diferentes. Por lo tanto, es necesario tener precaución cuando se trata de generalizar estos hallazgos a esas poblaciones, como observa Tamir.

2- Además, también hay muchos factores neurales / biológicos / genéticos que influyen en las experiencias emocionales (algunos estudios estiman que en muestras no clínicas, el 50% de felicidad se debe a la genética, por ejemplo).