Tali Sharot en motivar a otros

Los hechos no son suficientes para alterar las creencias, y pueden ser inútiles para motivar la acción.

Tali Sharot es el director del laboratorio cerebral afectivo y profesor asociado de neurociencia cognitiva en el University College de Londres. Estudia cómo la motivación y la emoción rigen nuestra toma de decisiones cotidiana, nuestros recuerdos, nuestra capacidad de aprendizaje y nuestras expectativas sobre nuestro mundo y el futuro. Su objetivo es identificar y fomentar cambios en el comportamiento que mejoran el bienestar. Su último libro, The Influential Mind, fue lanzado a fines del año pasado.

En este episodio de Mastering Your Reality, discutimos:

  • “La gente no está motivada por los hechos. Los hechos no son suficientes para alterar las creencias, y son prácticamente inútiles para motivar la acción. En cambio, nuestros deseos son los que moldean nuestras creencias, necesitamos aprovechar estas motivaciones para hacer cambios dentro de nosotros mismos o dentro de los demás “.
  • Los hechos son importantes para comprender la realidad que nos rodea, pero no son útiles cuando alguien tiene una opinión diferente. Además, no son útiles para influir en la motivación.
  • Por ejemplo, considere fumar: para los fumadores, las advertencias en los cigarrillos no tienen mucho efecto. Tienen un mayor efecto en las personas que aún no fuman. Dar a los fumadores una pequeña recompensa monetaria si dejan de fumar funciona mejor que advertirles sobre los daños.
  • La retroalimentación positiva también funciona bien, por ejemplo, “me gusta” en Facebook.
  • Comprender cómo funcionan los mecanismos de motivación es muy útil para lograr sus objetivos personales. También es importante en contextos más amplios, como las políticas públicas.
  • La gente tiende a sobreestimarse a sí misma. No es necesariamente algo malo; puede ayudar con la motivación. Sin embargo, hay consecuencias negativas. Por ejemplo, subestimamos los riesgos que enfrentamos cuando nos sobreestimamos.
  • Debido al fenómeno de “ilusión de control”, sentimos que tenemos mucho más control sobre nuestras vidas de lo que realmente lo hacemos.
  • El miedo está relacionado con sentimientos de control. Cuanto más control tengamos, menos temerán las cosas. Por esta razón, sentimos un mayor temor frente a riesgos menores si sentimos que no tenemos control. Por el contrario, experimentamos menos miedo con riesgos más peligrosos si sentimos que tenemos el control.
  • Por ejemplo, Isaac de vez en cuando le pide a la audiencia que se vista los ojos vendados y luego les pide que caractericen su nivel de ansiedad. La mayoría de las personas informan que están muy ansiosas, a pesar de que son seguras, ya que prácticamente no enfrentan riesgos reales de daño. Estas mismas personas informan sentirse muy cómodos conduciendo en la carretera, a gran velocidad, en el tráfico. Esto se debe a la ilusión de que tienen el control mientras conducen, y a la sensación de que no tienen el control cuando tienen los ojos vendados.
  • En nuestro núcleo, necesitamos comunicarnos con los demás y compartir ideas. Sin embargo, podemos olvidar que experimentamos nuestro propio mundo mientras que otros experimentan sus mundos muy diferentes. Cuando proyectamos nuestro mundo en el de ellos, la comunicación no es muy efectiva. Primero debemos esforzarnos por traducir o relacionar nuestro pensamiento.
  • Por ejemplo, a menudo tratamos de convencer a las personas sobre la base de lo que nos convence, no de lo que les convence.
  • Nuestros sesgos cognitivos no son necesariamente “malos”. Por ejemplo, nuestra tendencia a factorizar nuestras emociones cuando evaluamos las cuestiones es la razón por la que tenemos emociones en primer lugar. Por lo general, funciona bastante bien.
  • La clave es la conciencia.