¿Tiene sentido? Parte 5 – Salto de puenting en el lugar de trabajo

No podría pagarme suficiente dinero como para que salte de un puente amarrado a un cordón elástico. Pero he hecho muchos bungee jumping en el trabajo: saltar a lo desconocido para resolver un nuevo problema, asumir un rol desconocido o probar una habilidad apenas aprendida. A veces parece que estoy a punto de tocar fondo, pero afortunadamente normalmente me recupero.

Piense en un momento en el trabajo, su trabajo actual o cualquier otro, cuando realmente encontró sentido en lo que estaba haciendo. Para muchas personas, el tiempo que se les viene a la mente implica estirarse para enfrentar un desafío significativo o trabajar duro para resolver un problema importante, realmente no estaban seguros de cómo lidiar con la entrada. Las personas varían mucho en cuanto al riesgo que les resulta cómodo tomar, Pero tomar algún riesgo es parte de lo que da sentido a la vida y al trabajo.

En algún momento es fácil pensar "no necesito esto" cuando se enfrenta con intentar algo difícil o arriesgado. Pero el hecho es que lo necesitamos. Para seguir creando vidas significativas, debemos seguir abordando las cosas difíciles, las cosas que nos hacen sentir vulnerables, las cosas fuera de nuestra zona de confort.

Curiosamente, una de las habilidades más importantes identificadas en los grandes líderes es su capacidad para aprender del fracaso: su resiliencia personal. Los mejores líderes no son los que siempre hacen las cosas bien, sino aquellos que se han enfrentado a un revés significativo y se han levantado para intentarlo de nuevo. Usan contratiempos para desarrollar rasgos clave y habilidades como la curiosidad, el juicio, la empatía, el trabajo duro, la apertura a la retroalimentación y la humildad, habilidades que los ayudan a mantenerse equilibrados y progresar en tiempos difíciles y buenos.

Muchos trabajos de alto riesgo como combatir incendios o volar incluyen fallas como parte de la capacitación. Los bomberos practican escenarios del peor de los casos, por lo que la resiliencia se convierte en una segunda naturaleza. Los pilotos entrenan en simuladores donde pueden practicar el manejo de un avión con un motor averiado o con mal tiempo. Los Navy Seals que tienen que aprender a defenderse de un ataque enemigo bajo el agua practican la resilencia manteniendo la calma, combatiendo el pensamiento negativo, estableciendo objetivos a corto plazo y visualizando el éxito. La resiliencia es una habilidad que podemos aprender con la práctica.

¿Cuándo fue la última vez que se inscribió para enfrentar un temor, aprender una nueva habilidad, realizar una nueva configuración o resolver un nuevo tipo de problema? ¿Has dejado que otros sepan que estás preparado para un desafío? ¿Estás demostrando curiosidad, coraje y buen juicio de maneras que te hacen ver como una buena apuesta para algo a la vanguardia? Piense en un momento en que se enfrentó a una falla o retroceso significativo. ¿Qué aprendiste de esa experiencia? ¿Qué es lo que más te gusta de cómo lo manejaste? ¿Qué harías diferente la próxima vez?

Recuperarse después de un revés y correr el riesgo de aprender algo nuevo no solo nos ayuda a crecer, sino que ayuda a que el trabajo y la vida se sientan más significativos.