Aventuras en el archivo

Incluso con la seductora abundancia de Internet, visitar un archivo tiene un atractivo distintivo. Sentarse y estudiar artefactos es ser transportado a un tiempo y lugar diferente, ser un mirón con impunidad, investigar las vidas de otros, leer cartas privadas, mirar fotografías familiares, tratar de entender cómo la gente podría haberse comportado tan tontamente, o tan sabiamente Es una emoción silenciosa y sostenida. Una máquina del tiempo para el pasado.

Mi investigación reciente sobre la psicología de la violencia colectiva me llevó a una nueva colección en el Rhodes House Archive de la Universidad de Oxford: sobre los movimientos contra el apartheid y las respuestas a favor del apartheid en Sudáfrica y en el ámbito internacional. Aunque el control de los materiales de archivo fue estrictamente regulado, el archivo me hizo sentir cómodo de inmediato, con sus rapaces de madera tallada en los extremos de cada barandilla bien pulida y el retrato gigante de Nelson Mandela y otros héroes que miran con aprobación desde el paredes altas. Había venido a investigar las ideologías militantes que apoyaban el apartheid y aquellos que se oponían a él, y había llegado al lugar correcto.

Una virtud del archivo es que no es Internet. Los artefactos tangibles se pueden sostener y estudiar, tocar y oler. Hay letras manuscritas en tinta, con los primeros pensamientos tachados y reemplazados. Hay fotografías Notas en los márgenes de los discursos. Y hay vergüenzas provocadoras, como una transcripción anotada de la entrevista de Walter Cronkite con el presidente Reagan, y el fuerte apoyo del presidente al gobierno del apartheid. Seguido por la predicción ahora olvidada del Arzobispo Desmond Tutu: "El presidente Reagan será juzgado duramente por la historia".

Estudiar los artefactos y documentos originales en un archivo no solo nos recuerda lo que hemos olvidado convenientemente, sino que también nos proporciona una inmediatez emocionante.

Animo a todos a visitar un archivo, en algún momento, cuando se pueda arreglar. Los museos provocan e iluminan, pero están diseñados para grandes grupos de personas, con el doble propósito de informar y entretener. Un archivo alberga los artefactos de un pasado no interpretado, otorgando a cada individuo la alegría particular de apreciar y encontrar el propio significado en el presente.