Comida chatarra más tentadora cuando no duerme bien

Cuando te sientes agotado, ¿te encuentras a ti mismo buscando el tarro de las galletas, o hurgando en una bolsa de papas fritas? Al final de un día largo y agotador, ¿es más probable que trabaje en un gran tazón de helado o se ayude a tomar una segunda (o tercera) porción de comida para llevar?

Según las últimas investigaciones, su falta de sueño y su cerebro privado de sueño pueden estar alimentando su hábito de comida chatarra. Dos estudios separados investigaron la relación entre el sueño insuficiente y la capacidad de elegir alimentos saludables. Y ambos estudios llegaron a la misma conclusión básica: la falta de sueño obstaculiza nuestra capacidad de tomar decisiones inteligentes sobre los alimentos, al provocar cambios en la forma en que nuestro cerebro funciona en las áreas de control de impulsos y toma de decisiones.

Los investigadores de la Universidad de California en Berkeley se propusieron investigar si determinadas regiones cerebrales que usamos para controlar y regular nuestras elecciones alimenticias se verían afectadas por la falta de sueño. Su estudio incluyó a 23 adultos que recibieron escáneres cerebrales en dos ocasiones distintas. El primero ocurrió después de una noche completa de sueño. El segundo tuvo lugar después de una noche de sueño menos que adecuado. Al mismo tiempo que se realizaban las imágenes por resonancia magnética, se les pidió a los participantes que calificaran su deseo de 80 alimentos diferentes.

Los investigadores encontraron que la actividad en el lóbulo frontal del cerebro se vio disminuida después de una mala noche de sueño. Esta región del cerebro, que rige el control de los impulsos, el juicio, las respuestas emocionales y la toma de decisiones complejas, juega un papel importante en las decisiones relacionadas con los alimentos.

Curiosamente, los investigadores no encontraron cambios significativos en las regiones del cerebro que gobiernan el deseo básico. Esto indica que el sueño puede estar afectando nuestra capacidad de tomar decisiones razonables y saludables sobre qué alimentos comer, en lugar de provocar que ansiamos alimentos saludables más intensamente cuando estamos cansados.

En el segundo estudio, el Centro Hospitalario St. Luke's-Roosevelt de Nueva York y la Universidad de Columbia también utilizaron resonancias magnéticas para investigar los efectos del sueño reducido en las regiones del cerebro que ayudan a controlar nuestras elecciones de alimentos. En su estudio, a 25 hombres y mujeres se les realizaron escáneres cerebrales después de 5 noches de sueño restringido, cuando no dormían más de 4 horas por noche. También se les realizaron exploraciones después de 5 noches de sueño normal, que incluyeron hasta 9 horas por noche de sueño. Al igual que en el estudio anterior, a los participantes se les mostraron imágenes de diferentes alimentos, algunos sanos y otros no saludables, mientras se realizaban resonancias magnéticas.

Los investigadores descubrieron que cuando las personas no duermen demasiado, la exposición a imágenes de alimentos no saludables activa centros de recompensa en el cerebro que no fueron activados por alimentos saludables. Esta respuesta cerebral de activación de recompensa solo ocurrió cuando las personas carecían de sueño. No hubo un aumento similar en la actividad cerebral basada en la recompensa cuando los participantes vieron imágenes de alimentos poco saludables después de una noche completa de sueño.

Sabemos desde hace tiempo que existe una poderosa conexión entre el sueño y el peso. Dormir lo suficiente (¡pero no demasiado!) Ayuda a mantener el peso bajo control a largo plazo. Por otro lado, no dormir lo suficiente puede hacer que subir de peso sea demasiado fácil:

  • La falta de sueño produce un mayor consumo de calorías en general y una tendencia a comer alimentos altos en grasas y azúcares.
  • La falta de sueño provoca cambios hormonales en el cuerpo que conducen a un aumento del apetito. El sueño bajo también priva al cuerpo del sueño REM, que no solo es reparador, sino que también es un momento en el que el cuerpo quema más calorías que en cualquier otra etapa del sueño.
  • Dormir muy poco puede hacer que las personas coman más tarde y que coman más de sus calorías totales por la noche, lo que contribuye al aumento de peso.

Estos estudios más recientes proporcionan otra pieza importante del rompecabezas del peso del sueño, mostrándonos cómo nuestra capacidad básica para elegir alimentos inteligentes puede verse afectada por la cantidad de sueño que recibimos. Nuestra capacidad para usar el buen juicio al elegir alimentos se ve comprometida cuando no dormimos, y según estos estudios, no se trata de una cuestión de "fuerza de voluntad". Más bien, nuestra función cerebral se ve alterada cuando estamos privados de sueño, en formas que hacen que elegir una pieza de fruta sobre una rebanada de pastel sea mucho más difícil.

Ya sea que esté buscando perder peso o mantener un peso saludable, tenga en cuenta que una buena noche de sueño puede ser un arma poderosa en su capacidad para resistir los alimentos que pueden descarrilar una dieta saludable.

Dulces sueños,

Michael J. Breus, PhD
El Sleep Doctor ™

www.thesleepdoctor.com

Plan de la dieta del doctor del sueño: perder peso a través de un mejor sueño

Todo lo que haces, lo haces mejor con una buena noche de sueño ™

twitter: @thesleepdoctor

Facebook: www.facebook.com/thesleepdoctor