¡Deja de ser tan defensivo!

La forma en que hablamos y escuchamos entre nosotros define cómo va el matrimonio y si estamos felices de ver a nuestro compañero al final del día. No sorprende que la mayoría de nosotros estemos más motivados para mejorar nuestras habilidades para hablar que para atender la otra mitad de la ecuación conversacional.

La verdad es que la intimidad con nuestro compañero aumenta o disminuye en proporción directa a nuestra capacidad de escuchar bien. Escuchar con un corazón abierto es el acto espiritual supremo. Son los mejores regalos que le podemos dar a nuestro compañero y, en última instancia, a nosotros mismos.

El problema es que todos estamos a la defensiva la mayor parte del tiempo, aunque podemos ser más capaces de observar la actitud defensiva de otras personas. Una vez que estamos en modo defensivo o reactivo no podemos tomar nueva información o ver dos lados de un problema, o mejor aún, siete u ocho lados.

La actitud defensiva es normal y universal. También es el archienemigo de escuchar. La actitud defensiva hace que sea imposible conocer realmente a nuestro compañero o ser conocido.

Este programa de 12 pasos de Reglas de matrimonio que puede ayudarnos a reducir nuestra actitud defensiva. Las reglas son simples, lo que no significa fácil.

1. Nombrelo. La actitud defensiva es esa reacción inmediata, "Pero, pero … pero …" y una mayor sensación de tensión que puede activarse cuando nuestro compañero dice: "Tenemos que hablar". En modo defensivo, escuchamos automáticamente las inexactitudes, exageraciones y distorsiones en la queja de nuestro compañero, para que podamos refutar los errores, presentar nuestro caso y recordarle a la otra parte sus fechorías. Tomar conciencia de nuestra actitud defensiva puede darnos una pequeña y crucial distancia de él.

2. Respire. La actitud defensiva comienza en el cuerpo. Cuando nos sentimos amenazados, nuestro sistema nervioso central se sobrecalienta y nos pone tensos y en guardia, incapaces de asimilar mucha información nueva. Entonces, haz lo que puedas para calmarte. Intente reducir la velocidad de su respiración, exhalar hasta un conteo lento y silencioso de 1 a 5, y tomar una respiración profunda y prolongada entre el momento en que la voz de su compañero cae y la suya comienza. Siempre escucharemos mal cuando estamos tensos y en guardia con un sistema nervioso central sobrecalentado.

3. No interrumpa. Si no puede escuchar sin interrumpir, es una buena indicación de que no se ha calmado.

4. No escuches cuando no puedas. Intentar escuchar cuando no se puede hace más daño que bien. Dile a tu compañero que quieres tener la conversación, y que reconoces su importancia, pero que no puedes tenerla ahora mismo.

5. Pregunte por detalles. Esto ayudará a aclarar el punto de su compañero y demostrar que se preocupa por comprenderla ("¿Puede darme otro ejemplo en el que sintió que lo estaba decepcionando?") Nota: pedir detalles no es lo mismo que engañar: la clave es ser curioso, no interrogar. No actúe como un abogado, incluso si es uno.

6. Encuentra algo para estar de acuerdo. Solo puede estar de acuerdo con el dos por ciento de lo que dice su compañero, y aún así encontrar un punto de coincidencia en ese dos por ciento ("Creo que tiene razón en que he venido a casa estresado por el trabajo"). Esto cambiará el intercambio de combate a colaboración.

7. Discúlpate por tu parte. Casi siempre hay algo por lo que pedir disculpas cuando hemos tenido una experiencia difícil con un compañero. Incluso hacer un comentario general y genuino como "Lo siento por mi parte en todo esto" puede indicarle a tu pareja que eres capaz de asumir la responsabilidad, no solo de evadirla.

8. Sin peros. Cuando estamos a la defensiva, podemos comenzar una serie de oraciones con "Pero": refutando lo que deberíamos tratar de asimilar. Incluso si escuchamos con las mentes abiertas, la palabra "pero" transmite la impresión de que estamos descontando o negando la perspectiva de la otra persona. Tenga cuidado con este pequeño signo gramatical de actitud defensiva y prohíba temporalmente su vocabulario. En cambio, pregúntele: "¿Tengo este derecho?" Y "¿Hay algo más que no me hayas dicho?"

9. No contra-criticar. Hay un momento para plantear sus propias quejas, pero ese momento no es cuando su pareja ha tomado la iniciativa de expresar sus quejas. Si sus reclamos son legítimos, una razón más para guardarlos en un momento en que pueden ser un foco de conversación y no una estrategia de defensa.

10. Hazle saber a tu pareja que él o ella ha sido escuchado. Incluso si no se ha resuelto nada, dígale a su pareja que lo contactó: "No es fácil escuchar lo que me está diciendo, pero quiero que sepa que lo voy a pensar mucho". Tome una día para considerar genuinamente su punto de vista.

11. Guarda tus desacuerdos para una segunda conversación. Cuando nos sentimos a la defensiva, tratamos de hacer todo en una conversación, como si fuera la última que tendremos. Dígase desde el principio que se tomará un día para pensar en el punto de vista de su compañero, y que no tiene que expresar sus puntos ahora. Si decide esto por adelantado, lo liberará para escuchar mejor y ayudar a su pareja a sentirse escuchado.

12. Agradezca a su compañero por iniciar la charla. Incluso si no le gusta lo que dice su pareja, puede agradecerle por iniciar una conversación difícil. Luego, traiga la conversación en las próximas 48 horas. Muestre a su compañero que continúa pensando en su punto de vista y que está dispuesto a volver a tratar el tema. Intenta decir algo como: "He estado pensando en nuestra conversación y estoy muy contento de que hayamos tenido esa charla".

Escuchar sin defensas es un desafío de tu vida. Comience con los primeros tres pasos (nómbrelo, respire, no interrumpa).

¡Date una medalla de honor si logras eso!