Hace medio siglo, se lanzó Psychology Today en Del Mar, California, la carta cubre un dibujo infantil destinado a evocar la creatividad ilimitada. El fundador de PT, Nicholas Charney, recién salido de un programa de doctorado en biopsicología en la Universidad de Chicago, donde se enteró de que el interés del público en la mente estaba en un punto de inflexión. Sintió un apetito creciente por las habilidades traslacionales en la ciencia del comportamiento. Avance rápido de más de 400 problemas y todo tipo de libros y libros de mayor venta
"Psicoeducación", y Charney parece haber sido muy clarividente. También a fines de la década de 1960, en un movimiento que haría olas en las matemáticas, un genio llamado Alexander Grothendieck se retiró del medio que él mismo había transformado radicalmente. Me intrigó el matemático francés poco después de su muerte en 2014 y escribí "El misterio del genio loco" con la esperanza de comprender su mente y trayectoria inusuales. Resulta que los avances en neurociencia documentados en PT, incluyendo la neuroimagen y la comprensión de la red de modo predeterminado del cerebro ("25 grandes ideas que comenzaron aquí"), son fundamentales para construir una teoría coherente sobre genios como Grothendieck.
El año 2017 marca otro punto de inflexión en el estudio de la mente humana: los próximos 50 a 100 años brindarán la capacidad no solo de cuantificar sino también de alterar aspectos fundamentales de la identidad. Hoy estamos en el campamento base en una escalada que se acelera rápidamente hacia el cerebro aumentado: la inteligencia será más maleable, y también la experiencia subjetiva de género o incluso los rasgos de personalidad. Para llegar a esta cumbre, los científicos pueden usar alguna combinación de edición genética e interfaces cerebro-computadora. Estas herramientas nos emocionan y asustan en igual medida. Quizás se interpreten mejor como una fuerza igualitaria en un mundo que cambia a la velocidad de la disformidad.