Encontrando su voz

La creencia tradicional solía ser que las mujeres estaban mucho menos orientadas sexualmente que los hombres. Luego vino el enfoque en el orgasmo femenino, la nueva creencia de que si las mujeres tienen orgasmos predecibles, todo estaría bien. En verdad, ninguno de los enfoques refleja la aceptación de la singularidad de la sexualidad femenina.

El concepto de empoderamiento psicológico es que las mujeres tienen el mismo derecho al deseo, el placer, el erotismo y la satisfacción que los hombres. El mayor error que comete la gente es definir la sexualidad femenina de manera estrecha y mecanicista. El sexo no es igual a las relaciones sexuales. La satisfacción sexual no es igual al orgasmo. El modelo masculino de respuesta sexual autónoma, predecible y fácil no es adecuado para la sexualidad femenina. El mito es que si la mujer tiene un orgasmo predecible, no experimentará deseo sexual inhibido o insatisfacción sexual.

La sexualidad femenina sana incluye:

Deseo ̶ Anticipar ser sexual y sentir que mereces placer sexual.

Placer ̶ Receptividad y receptividad a los toques sensuales y lúdicos que resultan en una sensación sexual abierta y excitante.

Erotismo ̶ Incluyendo dejar ir y permitir que el flujo erótico culmine naturalmente en el orgasmo.

Satisfacción ̶ Sentirse bien consigo mismo, con su pareja y con su vínculo íntimo.

Aunque somos grandes fanáticos de la excitación y el orgasmo, está claro que la esencia de la sexualidad femenina sana es el deseo y la satisfacción.

La clave del deseo sexual femenino es que se sienta responsable de sí misma como mujer sexual. No es el papel del hombre dar su deseo, excitación u orgasmo. Su papel es ser su amiga íntima y erótica, consciente de sus sentimientos y necesidades, y abierta a sus peticiones y orientación sexual. Idealmente, cada socio valora la intimidad, el placer sin demanda y el erotismo. Tradicionalmente, nuestra cultura no ha valorado la sexualidad femenina, especialmente el erotismo femenino. La vieja opinión era que las mujeres no debían ser eróticas. La nueva visión es que el erotismo femenino es demostrarle al hombre que ella es eróticamente deseable. El erotismo femenino saludable involucra sus sentimientos eróticos, preferencias, escenarios y técnicas, no en comparación con el ideal erótico, el ideal romántico de su pareja, o para demostrarle algo al hombre.

La autoaceptación es esencial para una sexualidad femenina sana. El perfeccionismo, la presión, la autoestima sexual contingente, la imagen corporal deficiente, el miedo a ser juzgado sexualmente, la vergüenza o la culpa por las experiencias sexuales del pasado pueden inhibir el deseo sexual.

Una clave para una sexualidad femenina sana es la conciencia y la aceptación basadas en expectativas sexuales positivas y realistas. Estos incluyen valorar la respuesta sexual flexible y variable. Los ejemplos incluyen la conciencia de que es normal que una de las tres mujeres regularmente orgásmicas nunca o casi nunca sea orgásmica durante el coito; aceptar el "deseo sexual receptivo", es decir, no sentir deseo hasta sentirse emocionalmente conectado o físicamente receptivo a tocar o ser tocado; aproximadamente el 70 por ciento de los encuentros de parejas dan como resultado el orgasmo femenino; un gran número de mujeres utilizan estimulación múltiple tanto durante el placer como durante el coito, incluido el uso de fantasías eróticas; la satisfacción se trata de sentirse bien con respecto a la sexualidad y energizado como mujer y pareja en lugar de caer en la trampa del orgasmo como una prueba de desempeño de aprobación y reprobación. Quizás lo más importante es que la sexualidad femenina es más variable, flexible e individualista que la sexualidad masculina. Es diferente, no mejor o peor. Abrazar su voz sexual es el desafío de la sexualidad femenina y de pareja saludable.