Ira relación

¿Es la ira en su relación sana o disfuncional?

La ira en una relación es normal, sin embargo, si no se comprende y resuelve, puede llevar a la ambivalencia y al resentimiento. Distinguir si la ira es saludable o disfuncional es crítico. En general, hay dos tipos de “relación de ira”.

El primer tipo se experimenta con frecuencia cuando una persona en la relación siente continuamente que no se le comprende. Por ejemplo, un esposo está enojado porque su esposa llega a casa tarde en su cumpleaños. Ella le explica repetidamente por qué llega tarde, pero sus justificaciones no logran transmitir una comprensión sincera de cómo se siente. Después de un rato, ella le exige que lo olvide y que siga adelante. En esencia, ella solo es capaz de operar desde su propia perspectiva, rechazando la conciencia de los sentimientos de su esposo.

Un segundo ejemplo se produce cuando la crisis existe fuera de la relación, pero la afecta negativamente. Por ejemplo, Lisa expresa enojo y dolor por ser saltada para una promoción, pero su compañero, Tim, no ofrece comprensión. En cambio, Tim toma una postura de “te lo dije” o “esto es lo que debes hacer para solucionarlo”. Él comunica lo que piensa y siente sin tratar de considerar cómo se siente Lisa, dejándola más sola. Sentirse mal entendido por el mundo exterior es difícil, pero volver a casa con una persona que no lo “entiende” o se niega a intentarlo, empeora las cosas.

La experiencia continua de sentirse raramente entendido causa enojo intenso. Además, el proceso de intentar volver a explicar los sentimientos cuando caen en “oídos sordos” a menudo aumenta la agitación de una persona. En esta situación, la ira de una persona está justificada porque no se siente respetada ni comprendida por la única persona en la vida que se “inscribió” para hacerlo. Aunque la ira que siente una persona en esta situación es comprensible, la dinámica debe abordarse de inmediato. La pareja de la persona debe ser consciente de su falta de comprensión y debe incitar a cómo hacer las cosas mejor.

El segundo tipo de ira, que es menos sobre las necesidades emocionales de una persona y más sobre las necesidades superficiales, puede ser disfuncional. Por lo general, se asemeja a una rabieta de adultos centrada en cosas que no van a la manera de una persona.

Por ejemplo, digamos que Pat regresa a casa y encuentra juguetes esparcidos alrededor de la casa, un niño malhumorado y la cena del domingo en el horno. Pat se enoja, reprende a su pareja y se retira al dormitorio. Pat se niega a ayudar y ayudar a su pareja porque está enojada porque las cosas no van como ella cree que deberían hacer. Desafortunadamente, Pat solo puede pensar en lo que quiere en el momento y puede estar mostrando un tipo de ira que es disfuncional.

Un segundo ejemplo involucra una situación en la que una persona, Tom, identifica que está herido por algo que hizo su compañero. Si su compañero se enoja e intenta voltear el guión y culpar a Tom por las cosas, el enojo es de naturaleza defensiva y puede no ser saludable. Aunque es natural que una persona se sienta perturbada cuando escucha que hizo algo que impactó a su pareja, reaccionando a la defensiva, desviando la responsabilidad y proyectando la culpa en la pareja, puede que no sean expresiones sanas de la ira.

La ira es una emoción saludable y necesaria. Sin embargo, la manera en que una persona actúa sobre la ira puede ser problemática. Si surge la ira porque una persona no se siente comprendida por su pareja, puede estar justificada. La dinámica debe abordarse rápidamente, para que se restaure el amor, la cercanía y la diversión. Por otro lado, si una persona expresa ira porque las cosas no van a su favor y se niegan a tratar de entender la perspectiva de su pareja, puede ser una muestra altamente defensiva de la ira. De cualquier manera, puede ayudar obtener asesoría para ayudar a resolverlo, de modo que la relación se mantenga saludable y feliz.