La ciencia de la suerte

Para la mayoría de las personas, la idea de la suerte está asociada a un regalo mágico, cuya causa es indeterminada pero muy bienvenida. Ya sea que gane la lotería o escuche las tintineantes monedas en un casino, la suerte nunca deja de causar inmensa alegría debido en parte a la sorpresa de la victoria. ¿Pero la suerte realmente está tan fuera de alcance e independiente de la forma en que programamos nuestros cerebros? Aquí hay algunos factores sin los cuales la suerte sería imposible. Piensa profundamente en ellos, y estarás en camino hacia un día de suerte.

(1) Aprovecha la oportunidad: si quieres ganar un juego en el que las probabilidades de ganar son muy bajas, debes participar para ganar. Ninguna cantidad de pensamiento solo te ayudará a ganar el boleto de lotería, tienes que comprar uno. Cuando podemos darnos el lujo de arriesgarnos, deberíamos. Un estudio reciente mostró que cuando los resultados son inciertos, las personas pesimistas tienden a evitar estas situaciones y son reacios a ellas, mientras que las personas optimistas no lo hacen [1]. Por lo tanto, el optimismo es necesario para arriesgarse.

(2) Las acciones inesperadas provienen del subconsciente: para tener suerte en la vida, a veces tienes que encontrar las circunstancias correctas. Pero para encontrar las circunstancias correctas, tu cerebro tiene que dirigirte a ese lugar. A menudo, la "suerte" percibida es realmente el cerebro subconsciente que dirige a una persona a la situación perfecta en la que puede tener una oportunidad. Hay momentos en que el cerebro consciente intenta controlar a dónde vamos, y esto es útil. Pero en muchas situaciones de la vida, su cerebro inconsciente puede ver lo que necesita ver antes de que su cerebro consciente lo sepa. Esto se llama percepción preventiva [2] y se cree que se debe en parte al lóbulo parietal del cerebro [3]. Entonces, cuando "sientas" algo, tómalo en serio antes de descartarlo. Cuando descartas tu "sexto sentido" puedes descartar tu suerte.

(3) Brilla el espejo que contiene las pistas: cuando la suerte implica adivinar lo que otra persona está pensando, piensa de nuevo. Su cerebro puede reflejar las intenciones de otras personas automáticamente [4, 5]. Las personas que son más empáticas pueden ser mejores al hacer esto, y al hacerlo, pueden leer con precisión lo que otra persona va a hacer [6]. Esto puede ser útil al jugar al póquer. Por lo tanto, cuanto más desarrollemos nuestras habilidades empáticas (tratando de descubrir cómo se sienten otras personas), más probabilidades tendremos de "brillar" este sistema de neuronas espejo en el cerebro para que pueda reflejar las intenciones de otra persona con mayor precisión.

Este sistema espejo también funciona de otras maneras. Tus propias emociones pueden reflejarse en el cerebro de otra persona. En ciertas situaciones, las personas intentan "no ser atrapadas". Los que pasan desapercibidos a menudo dicen: "Tuve suerte". Sin embargo, a menudo, no es tanto que tuvieran suerte, sino que se distraían de algo más que lo que eran. no estaba nervioso y la persona que los estaba buscando por lo que estaban escondiendo no reflejaba automáticamente el nerviosismo. Por lo tanto, puede afectar la forma en que se siente otra persona. Si los haces sentir nerviosos, se comportarán como si buscaran una amenaza. Si los haces sentir tranquilos, es más probable que "te dejen pasar".

Por lo tanto, la suerte comienza con correr el riesgo y prestar atención a los "espejos" y "adivinos" automáticos con los que está dotado el cerebro. Estas no son ilusiones mágicas, sino formas en que opera el subconsciente, especialmente si te acercas a tu objetivo con una actitud optimista.

Referencias
1. Pulford, BD, ¿la suerte está de mi lado? Optimismo, pesimismo y aversión a la ambigüedad. QJ Exp Psychol (Colchester), 2009. 62 (6): p. 1079-87.
2. Bodis-Wollner, I., Percepción preventiva. Percepción, 2008. 37 (3): p. 462-78.
3. Gee, AL, et al., Mejora neuronal y percepción preventiva: la génesis de la atención y el mantenimiento de la atención del mapa de saliencia cortical. Percepción, 2008. 37 (3): p. 389-400.
4. Rizzolatti, G. y C. Sinigaglia, neuronas espejo e intencionalidad motora. Funct Neurol, 2007. 22 (4): p. 205-10.
5. Iacoboni, M., et al., Comprendiendo las intenciones de los demás con el propio sistema de neuronas espejo. PLoS Biol, 2005. 3 (3): p. e79.
6. Gazzola, V., L. Aziz-Zadeh, y C. Keysers, Empathy y el sistema de espejo auditivo somatotópico en humanos. Curr Biol, 2006. 16 (18): p. 1824-9.