Pequeñas decisiones y sus consecuencias inesperadas

"Las infancias de todas las cosas son débiles y débiles. Debemos mantener nuestros ojos abiertos en sus comienzos; no puedes encontrar el peligro porque es muy pequeño; una vez que ha crecido, no se puede encontrar la cura ". -Michel de Montaigne, ensayista francés del siglo XVI.

La toma de decisiones puede describirse desde dos estados de ánimo: local y global. Una perspectiva de elección local se refiere a elegir entre los elementos disponibles, uno a la vez. Una perspectiva de elección global implica organizar los elementos en secuencias y luego elegir entre diferentes secuencias. Por ejemplo, decidir cada noche qué comida es una mejor opción es el enfoque local. Sin embargo, decidir entre secuencias de comidas durante una semana es el enfoque global. En la elección local, la mejor opción es la opción de comida que presenta el mayor placer. En la perspectiva global, la mejor opción es la secuencia de elementos que tiene un mayor valor.

La perspectiva global es consistente con el modelo racional de motivación. Por ejemplo, al planificar a largo plazo, la mayoría de las personas tiene la intención de comer alimentos saludables, hacer ejercicio regularmente, dejar de fumar y pasar menos tiempo en Internet. Pero estos planes requieren que la gratificación se retrase. Como en un día cualquiera el valor de la indulgencia actual es siempre mayor que el valor de cualquier recompensa a distancia (beneficio para la salud), la gente tiende a obtener una gratificación instantánea. Es solo nuestra tendencia perversa a favorecer el corto plazo a largo plazo, el más bajo sobre el superior. Sin embargo, cuando lamentan sus decisiones pasadas, toman una perspectiva global. Por ejemplo, ir al bar y emborracharse y luego arrepentirse. Desde una perspectiva inmediata, la elección es bastante sensata, pero desde un punto de vista de largo alcance, el acto parece ser un error.

La falta de correspondencia entre las perspectivas local y global se refiere al problema de autocontrol. Por ejemplo, al comienzo de una comida, podría haber decidido no tener postre (prefiero la salud a la indulgencia), pero cuando llega el momento (contexto de elección local) encuentro que de alguna manera he cambiado de opinión (prefiero indulgencia a la salud) . Sin embargo, en mi propia mente tranquila y reflexiva (una perspectiva global), le doy más importancia a la salud que al desierto. El problema de autocontrol implica que las personas actúan en contra de su propio juicio sobre lo que les interesa a largo plazo.

La perspectiva de elección local explica que la adicción resulta de la falta de conciencia de las personas sobre los impactos de la indulgencia actual (por ejemplo, el consumo de drogas) sobre las preferencias futuras (es decir, la formación de hábitos). Por ejemplo, cuando una persona decide tomar una copa, generalmente no tiene en cuenta que puede volverse adicto. Más bien, simplemente compara el valor de una bebida ahora con el valor de abstenerse ahora. Los individuos toman decisiones en el momento desde la perspectiva estricta de la felicidad temporal, y sin darse cuenta de las consecuencias a largo plazo.

En resumen, las elecciones que crean una forma de vida indeseable se hacen un día a la vez; no están hechos al nivel de una consideración de estilo de vida a largo plazo. En cualquier ocasión, usar drogas (o comer en exceso) produce daños limitados. El daño ocurre después de repetidas indulgencias. Nadie elegiría ser un adicto. Un día de consumo de drogas no significa adicción. A medida que se acumulan los días, surge el comportamiento adictivo. En consecuencia, una persona que nunca eligió ser un adicto termina siendo un adicto. Del mismo modo, alguien que tiene una segunda ración de postre cada noche termina veinte libras más pesado sin ninguna intención.

La perspectiva de elección local también explica por qué la recaída a menudo va precedida de la excusa de que esta es una "ocasión especial". La excusa refleja un dilema subyacente. Desde una perspectiva local, la indulgencia (consumo de drogas) es la mejor opción; pero desde una perspectiva global, la abstinencia es la mejor opción. La solución ideal es hacer de alguna manera ambas cosas. Esto es imposible, excepto en una situación. Si la situación puede enmarcarse como la "ocasión especial" (o "última vez"), entonces el dilema desaparece, ya que la persona puede decirse a sí mismo que una vida nueva y mejor comenzará mañana ("Comenzaré mi dieta mañana Síndrome").

Entonces, una mejor solución de tratamiento para el problema de recaída es darse cuenta de que el fracaso en cualquier ocasión es un predictor de falla en todas las ocasiones. Si cedo hoy, también fallaré mañana. Al conectar las decisiones futuras juntas, uno ve las consecuencias inmediatas y a largo plazo. En otras palabras, el comportamiento se alimenta a sí mismo. Pequeños pasos el lunes te hacen más propenso a cometer un comportamiento similar el martes.