Por qué la posibilidad importa

En una conferencia a la que una vez asistí, hicimos un ejercicio en grupos pequeños. A cada uno de nosotros se le dio una larga lista de palabras titulada "Valores". Debíamos elegir diez que consideramos primordiales en nuestras vidas. Eran palabras como honestidad, compasión, generosidad, justicia, ese tipo de cosas, palabras que las personas razonables aceptan como valores razonables para vivir. En esa lista, sin embargo, estaba la palabra Posibilidad. Me sobresaltó verlo allí. "¿Cómo puede la posibilidad ser un valor ?", Pensé. Hasta ese momento decisivo, siempre había pensado en la posibilidad como algo que existía; una idea, una opción, una expresión creativa, un potencial aún no puesto en forma. Una buena cosa en la vida, seguro. Una parte natural de mis propias inclinaciones, sí. Pero no es un valor para vivir.

En ese momento, sin embargo, todo cambió. En ese momento, mi propia identidad comenzó a reorganizarse, porque ese día escribí Posibilidad en mi lista de valores personales. Ese día, elegí la Posibilidad como un compromiso primario en mi vida.

Me ha llevado algo de tiempo entender lo que puede significar valorar la Posibilidad, para mí, para los demás y para el mundo, pero he llegado a valorarlo tanto que a veces se me conoce como "Posibilidad de Pamela"; aquel que percibe la Posibilidad, juega en la Posibilidad, personifica la Posibilidad, encendiendo la Posibilidad como una puerta a un potencial mayor. De hecho, es por eso que lo valoro. Sin posibilidad no hay potencial. En este momento de crisis global y agitación masiva -economías al borde, guerra en muchas tierras, desastres naturales, calamidades nucleares- si no comenzamos a realizar plenamente nuestro potencial, como individuos y como especie, podemos perder nuestra oportunidad. Para aprovechar nuestro potencial, debemos valorar la posibilidad. Solo al valorar la posibilidad podemos liberar todo su poder creativo.

Así que este nuevo blog, The Possibility Paradigm , trata sobre la posibilidad y algunos de sus corolarios naturales: propósito y potencial, principio y pasión, percepción de la perfección y juego. Fundamentalmente, se trata de la transformación con facilidad elegante y sin esfuerzo. El Paradigma de Posibilidad es un marco conceptual y de percepción que libera un poder oculto dentro de nosotros: el poder de jugar en la posibilidad y elegir las opciones y potenciales que preferimos.

La posibilidad de la que hablo es más que gimnasia mental. Surge de una conexión profunda: una conexión con una inteligencia dentro y alrededor de nosotros, un campo de posible potencial, una conciencia perceptual que nos limita. Mientras vivimos en este lugar de Posibilidad, comenzamos a percibir de nuevo. Pensamos de manera diferente, hablamos diferente, actuamos de manera diferente. Para empezar, comenzamos a preguntar ¿Qué pasa si …?

¿Qué sucede si las escuelas evocan la posibilidad, en sus maestros, estudiantes, padres, comunidad? ¿Cómo sería el aprendizaje entonces? ¿Qué pasa si las familias pueden encontrar una posibilidad que simplifique sus vidas, alivia la tensión, libera tiempo, trae armonía a la casa? ¿Qué pasa si las instituciones religiosas se basan más en Posibilidad, mostrando a las personas cómo orar con un conocimiento interno de que todo es realmente posible? ¿Qué clase de milagros pueden seguir? ¿Qué pasa si los líderes de las naciones saben cómo acceder a lo Posible, y encuentran inherente en lo que es posible una opción práctica para la paz? ¿Qué pasaría si nosotros, como individuos, como grupos, como especie, tuviéramos que elegir la posibilidad como un valor fundamental? ¿Cómo cambiaría eso nuestro futuro? ¿Cómo cambiaría eso nuestro Ahora?

¿Qué pasaría si cada uno de nosotros hoy nos preguntáramos a nosotros mismos: ¿qué pasaría si tuviera que valorar la posibilidad, realmente valorarla? Cuando me hago esta pregunta, de inmediato noto algunas áreas en mi vida donde no he estado valorando la posibilidad. Un problema particular no resuelto viene a la mente. Me doy cuenta de que he estado viendo mis opciones como limitadas. Entonces me detengo para recuperar el sentido de la posibilidad. Me callo, cambio mi enfoque y pregunto: "¿Y si hay muchas soluciones posibles para este problema?" Mientras espero en el silencio, mi percepción se expande, surge una nueva sensación de posibilidad. Poco tiempo después, se presenta una solución práctica, tan natural y gentil como un gatito ronroneando suavemente en mi oído.

¿Qué pasa cuando te haces esa pregunta? ¿Por qué no probarlo hoy y ver?