¿Qué pasó con la vida interna?

Un artículo publicado en Science Magazine afirmaba que las personas prefieren darse descargas eléctricas antes que quedarse solos con sus pensamientos. La introspección, como resultado, es una forma de tortura. Cuando se le pidió que tardara de 6 a 15 minutos en no hacer nada y "solo pensar", algunos recurrieron a sacudidas para tener una actividad. Algo era mejor que nada.

Los autores afirman que "no hay duda de que la gente está absorta en ideas interesantes, fantasías emocionantes y en sueños agradables". Reconocen que, en ciertas situaciones, las personas disfrutan de encuentros libres y fructíferos con sus propias mentes. El flujo, un estado interno máximo, surge del compromiso en una tarea absorbente. Sin una actividad, un contexto, un enigma intelectual agradable, solo pensar era un desafío.

Cuando estaba en la universidad, un amigo me dijo que su actividad favorita era acostarse en su cama y mirar la pared. Se convirtió en un periodista exitoso. Algo sucedió en la ociosidad. Hay quienes pueden meditar durante muchos minutos o incluso horas.

Desde Boecio " La consolación de la filosofía hasta Descartes", "Pienso, luego existo", la antigua sabiduría sugiere que el pensamiento es el camino hacia el bienestar. Incluso Shakespeare dijo: "Nada es bueno o malo, pero el pensar lo hace así". Entonces, ¿cuándo el pensamiento conduce a la felicidad y cuándo disuade?

Me sentí muy alentado cuando me encontré con esta charla del columnista del New York Times, David Brooks, en la que celebra la vida interna.

Según el periodista de Atlantic Uri Friedman, el Sr. Brooks aboga por una contracultura de introspección, profundidad y significado.

Parece que nuestra cultura actual favorece la extroversión, la ambición y la fácil autopromoción. La contemplación, la humildad y la reserva se valoran menos, aunque muchas personas coinciden en que las innovaciones, creaciones y placeres surgen de la "mente tranquila". Aunque algunas personas son introvertidas y otras extrovertidas, muchas son una mezcla. Diferentes partes del yo pueden expresarse en momentos diferentes. Si la cultura nos lleva demasiado lejos o con demasiada frecuencia a un lado que sí se adapta, podemos sentirnos mal, desequilibrados e incluso deprimidos.

Minutia interminable y estar por todos lados puede dejar a uno sintiéndose desconectado de las cosas que importan. Puede haber poco tiempo para la mente tranquila, que ancla el yo, anima el alma y permite que la imaginación florezca. La vida interna puede ser una fuente inagotable de consuelo, placer y estimulación.

Hecho por la mano de Chloe

Solo algo para pensar.