Todo en Mindfulness in One Breath

La atención plena puede ser una maratón, pero se pueden observar muchos beneficios en una sola respiración.

La atención plena es una maratón, no un sprint. La práctica tiene como objetivo cambiar nuestra vida cotidiana, no lograr un milagro instantáneo. La idea es que al convertir el mindfulness en un hábito, construimos rasgos útiles mediante la repetición. Cuanto más nos sentamos a meditar, más experimentamos los beneficios, muchos de los cuales comienzan a desarrollarse con nuestra primera respiración consciente:

  • Atención enfocada: la mayoría de nuestras vidas están llenas de distracción. Sin esfuerzo, estamos aquí, pero no aquí, atrapados en pensamientos de pasado, futuro, rumia, duda y mucho más. A medida que meditamos, nos enfocamos en lo que realmente sucede durante este aliento.
  • Capacidad de respuesta: cuando no prestamos toda nuestra atención a la vida, los hábitos reactivos impulsan la forma en que vivimos. Lo que sea que ocurra durante ese aliento – aburrimiento, agitación, ansiedad, alegría o incomodidad física – practicamos dejarlo ser. Tal vez comemos cuando estamos estresados. Tal vez rumiamos o agarramos nuestro teléfono ante una incomodidad percibida. Prestamos atención a los momentos mientras aspiramos a mantenernos firmes y pacientes con lo que tenemos enfrente, antes de elegir qué hacer (o no hacer) a continuación.
  • Conciencia: Guiar nuestra atención mientras respiramos nos permite observar la forma en que nuestras mentes normalmente trabajan. Hay innumerables cosas que hacemos y pensamos por hábito, nociones preconcebidas y suposiciones sobre nosotros mismos o el mundo. Comenzamos a abordar estos surcos mentales reconociendo primero el. Ya sea que estemos típicamente asustados, ansiosos, autocríticos o cualquier otra cosa que notamos, esos patrones comienzan a hacerse evidentes mientras observamos dónde nuestra mente deambulaba alrededor de un solo aliento.
  • Acción hábil: cuanto más practicamos la atención plena, más espacio creamos para tomar decisiones hábiles. El objetivo no es la aceptación pasiva, sino ser cada vez más selectivo en la forma en que manejamos nuestras vidas. En otro momento, podríamos hablar, actuar o trabajar en una habilidad, o abstenernos de actuar en absoluto. En este momento, elegimos prestar atención activamente por un momento.
  • Compasión: los maestros de Mindfulness a menudo te dicen que a todos les cuesta mantener la mente quieta. Su trabajo es simplemente darse cuenta cuando su mente deambula y volver a la siguiente respiración sin auto-juicio. Nos damos un descanso. Es fácil quedar atrapado en la autocrítica (soy miserable en esto, no puedo hacerlo nunca, perdí diez minutos soñando despierto). Desarrollamos un sentido de compasión por los demás, al cortarnos un poco la holgura, trabajando hacia la superación personal sin excesiva dureza y juicio. Notamos cada respiración (o cuando nos distraemos la siguiente o la siguiente) con resolución y amabilidad.

Con cada respiración que tomamos, podemos construir todos estos muchos rasgos. Atención y conciencia Quedarse tranquilo cuando te sientes incómodo. Gestionar de forma proactiva nuestros hábitos y suposiciones. Y compasión Todo creciendo, una respiración al tiempo.