A veces actúo loco: ¿es límite o bipolar?

El Trastorno Límite de la Personalidad a menudo está sobrediagnosticado (a veces por médicos que no les gusta a su paciente) y subdiagnosticado (a veces por médicos que "no creen en" el diagnóstico de DBP). Por lo general, se asocia con otras enfermedades, principalmente depresión, y se confunde especialmente con el trastorno bipolar. La confusión es comprensible. Ambas enfermedades se caracterizan por cambios de humor, irritabilidad y comportamiento errático. A medida que aprendemos más sobre la neurobiología asociada de estas enfermedades, podemos descubrir que existen similitudes fisiológicas. Sin embargo, la tercera, cuarta y quinta ediciones del DSM, en los últimos 30 años, hacen distinciones específicas en los diagnósticos respectivos.

Estudios recientes y más definitivos también han establecido características discriminantes entre pacientes borderline con depresión y pacientes bipolares con depresión primaria. Los pacientes bipolares tienen el doble de parientes en primer grado con el diagnóstico bipolar (asumiendo, por supuesto, que los parientes fueron diagnosticados con precisión). Los pacientes limítrofes tienen más diagnósticos acompañantes, que incluyen el trastorno de estrés postraumático, los trastornos alimentarios y el trastorno por déficit de atención. Los pacientes límite también respaldan síntomas depresivos más severos y han experimentado más intentos de suicidio y comportamiento de automutilación. Muestran una mayor ira, ansiedad, pensamientos paranoicos e hipocondría. El funcionamiento social también está estadísticamente más deteriorado en los individuos límite que en los bipolares.

Los apegos inestables y el miedo intenso al abandono son las características principales de la DBP, pero se observan con menos frecuencia en la enfermedad bipolar. Los cambios de estado de ánimo en el TLP suelen ser más reactivos a los estreses situacionales y se desplazan y disipan más rápidamente, mientras que los cambios bipolares pueden ser espontáneos y deben persistir, según la definición formal del DSM, durante al menos varios días.

Aunque algunos pacientes satisfacen los criterios para ambos diagnósticos, el TLP ocurre más comúnmente en la población general. El tratamiento recomendado para estas dos enfermedades es diferente. La farmacoterapia es importante en el tratamiento del trastorno bipolar, en la mayoría de los casos con estabilizadores del estado de ánimo, antidepresivos y antipsicóticos. La psicoterapia es el tratamiento principal para la DBP, sin embargo, los medicamentos pueden ser útiles para acompañar los síntomas. Cuando se emplean medicamentos, son principalmente los mismos que se usan en el tratamiento del trastorno bipolar.

En nuestra sociedad, el estigma parece flotar sobre el diagnóstico de DBP, más que con otras etiquetas. Cuando las celebridades son citadas por comportamientos escandalosos, parece más aceptable para ellos abrazar la enfermedad bipolar y la carrera hacia la rehabilitación, en lugar de reconocer lo que, para muchos, es más probable que sea una conducta límite.

A pesar de las similitudes entre el trastorno bipolar y el TLP, distinguir los diagnósticos es primordial para idear un tratamiento óptimo.