Circuito de aprendizaje impulsado por el miedo

Informar los esfuerzos para desarrollar tratamientos de TEPT más efectivos.

Por el personal de investigación de Brain & Behavior

Las experiencias temerosas dejan recuerdos temerosos. Estos recuerdos pueden ayudarnos a aprender a ser más cuidadosos. Pero se vuelven destructivos por derecho propio para las personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT) y ansiedad. Un nuevo estudio de lo que sucede en el cerebro cuando aprende de experiencias temerosas proporciona información que ahora puede guiar el desarrollo de tratamientos para trastornos en los que el sistema de miedo del cerebro se torció.

La investigación, publicada en la revista Nature Neuroscience, descubrió que el cerebro conecta las experiencias con la percepción de una amenaza principalmente en una región llamada amígdala central, no la amígdala lateral, como se pensaba anteriormente. Si bien la amígdala lateral parece estar involucrada en el aprendizaje impulsado por el miedo, el descubrimiento sugiere que su función depende de la actividad en la amígdala central. Este hallazgo, de ser respaldado por investigaciones posteriores, podría ayudar a tratar trastornos como la ansiedad y el TEPT al modificar las asociaciones que una persona podría establecer, por ejemplo, entre el sonido de un auto que explota y reaccionar como si estuviese bajo fuego en una zona de combate.

El jefe del equipo de investigación fue el becario de 2010 Young Investigator Dr. Bo Li, quien recibió apoyo adicional como Investigador Independiente en 2015. Otros tres miembros del equipo también fueron becarios de Young Investigator-Dr. Karl Deisseroth en 2005, la Dra. Sarah Ahrens en 2013, y el autor principal Dr. Kai Yu en 2014. Deisseroth ahora se desempeña como miembro del Consejo Científico de la Fundación BBRF y es conocido por su papel en el desarrollo de optogenética, una técnica fundamental que permite científicos para controlar la actividad de neuronas específicas usando haces de luz de color.

En este trabajo, Li y sus colegas utilizaron la optogenética para crear recuerdos miedosos artificiales en ratones. Usando la técnica, activaron neuronas en la amígdala central mientras los ratones estaban en una cámara particular de su jaula. Los ratones que se sometieron a este procedimiento tenían menos probabilidades de aventurarse a esa cámara, sugiriendo que habían formado una “memoria aversiva”. Asociaron el lugar con la mala “experiencia”. Por el contrario, el bloqueo de las mismas neuronas en la amígdala central impidió que los ratones de formar recuerdos aversivos con la misma eficacia.

Comprender exactamente cómo se almacena la información sobre el miedo en el cerebro es un paso importante para aliviar las respuestas de miedo innecesarias. Una víctima de un mal accidente automovilístico puede entrar en pánico al ver un automóvil, por ejemplo, incluso cuando no represente un peligro. Los investigadores esperan que esta revisión del mapa del aprendizaje impulsado por el miedo ayude a informar los enfoques de tratamiento que apuntan a modificar tales recuerdos dañinos.