Crisis: ¿Amenaza o desafío emocional?

Las emociones se encuentran en el corazón de cómo respondes a las crisis. Son el punto de partida para todas las reacciones que tenemos hacia una crisis. También son el primer obstáculo para establecer una respuesta positiva a una crisis. Es por eso que es esencial comprender el papel que desempeñan las emociones en la forma en que reaccionamos, con el objetivo de obtener control y utilizar nuestras emociones de manera constructiva ante las crisis.

Las emociones cuando nos enfrentamos a una crisis son la reacción inicial de la respuesta de lucha o huida que se nos ha conectado desde que nos hicimos homo sapiens (y, de hecho, mucho antes de que comenzáramos a caminar erguidos). Estos sentimientos han servido como la primera alerta y primera respuesta para las personas y las situaciones que los humanos perciben como una amenaza para su supervivencia. Estas emociones fueron experimentadas por nuestros antepasados, como lo son nosotros ahora, como una llamada de atención que el peligro acecha en las cercanías.

Experimentamos emociones de crisis de manera que garantizamos que les prestamos atención y prestamos atención a su advertencia. Las emociones de crisis son inmediatas. Cualquier demora en reconocer o actuar sobre estos sentimientos podría haber significado una muerte segura para nuestros antepasados. Las emociones de crisis son viscerales, lo que significa que las sentimos en cada célula de nuestro ser físico. Son abrumadores porque nuestros cuerpos quieren asegurarse de que nuestras mentes no pierdan ni confundan los mensajes que nos envían. Y las emociones de crisis son siempre negativas. ¿Porque preguntas? Piénsalo de esta manera. Las emociones positivas no tienen prisa; no hay necesidad de sentir alegría, amor u orgullo inmediatamente. Pero hay una urgencia definida para las emociones negativas; nos están comunicando que estamos en peligro y que necesitamos saber ahora. Si no obtenemos emociones negativas rápidamente, estamos muertos (o al menos eso cree una parte primitiva del cerebro).

Cómo respondes emocionalmente a una crisis comienza con cómo la ves. He encontrado que una simple distinción yace en el corazón de si reaccionas positiva o negativamente: ¿Percibes la crisis como una amenaza o un desafío? Si usted ve las crisis como una amenaza o como un desafío, pone en movimiento una cascada diametralmente opuesta de emociones, pensamientos y comportamiento que resulta en una respuesta constructiva o dañina a las crisis.

Amenaza

La reacción de amenaza es la que nos ha conectado durante milenios, cuyo único propósito es garantizar nuestra supervivencia. La motivación fundamental detrás de la reacción de amenaza es protegerse del peligro. Sus emociones, incluido el miedo, la frustración y la ira, son viscerales y dramáticas. Su cuerpo se moviliza por la respuesta de amenaza con cambios fisiológicos poderosos que lo ayudarán a luchar o huir. Su enfoque se estrecha para garantizar que preste atención únicamente a la amenaza que se presenta. Su confianza recibe un golpe y su pensamiento se vuelve negativo porque esta poderosa reacción le envía el mensaje de que usted no es capaz de superar la amenaza.

Esta reacción sirvió bien a los humanos en tiempos primitivos cuando las crisis que enfrentábamos eran obvias e inmediatas; no había más remedio que luchar o huir. Sin embargo, debido a la naturaleza amorfa de las crisis actuales, es probable que esta postura defensiva disminuya tus posibilidades de supervivencia (ya sea mantener un empleo, proteger tu cartera de jubilación o mantener intacto tu matrimonio).

Reto

La reacción de desafío implica resistir tus instintos más básicos para la autoprotección. La motivación fundamental detrás de la respuesta al desafío es abordar la crisis de frente, encontrar la manera de superar la crisis y prosperar, no solo sobrevivir, en el difícil entorno que la crisis ha creado. Esta mentalidad de desafío crea un estado físico y psicológico que le permite dirigir todos sus recursos para eliminar la amenaza que la crisis le presenta. Cuando se lo ve como un desafío, las crisis son experiencias que, aunque tal vez no sean disfrutadas o buscadas, al menos son vistas como oportunidades para ser acogidas, en lugar de desastres de los que hay que retroceder. Esta mentalidad de "sí se puede", que actúa como base para una reacción positiva a las crisis, crea una "lente" positiva a través de la cual observas la crisis y también te da confianza en tu capacidad para superar los obstáculos que la crisis te presenta .

La reacción de desafío también provoca en usted una respuesta emocional muy diferente a la crisis. En lugar de las emociones negativas que son parte de la respuesta a la amenaza, como el miedo, la frustración, la ira y la desesperación (todos los sentimientos desagradables e inútiles, sin duda), desafían las emociones, como la esperanza, el orgullo y la inspiración (mucho más agradable y emociones productivas), lo impulsan a superar la crisis que enfrenta.

Estas emociones, a su vez, activan un estado fisiológico que te prepara mejor para reaccionar positivamente a la compleja naturaleza de las crisis actuales. A diferencia de las emociones intensas e incómodas asociadas con la reacción de amenaza, te sientes relajado, pero lleno de energía, tal vez incluso disparado para enfrentar la crisis.

Esta condición emocional y física más relajada permite que tu mente sea clara e intencional. Esta relativa calma en la tormenta de una crisis le permite identificar a los principales contribuyentes a la crisis, analizar las posibles opciones, establecer objetivos razonables, tomar decisiones sensatas, trazar los cursos de acción adecuados y perseguirlos con un vigor que no sería posible en el estado frenético de una reacción de amenaza.

Su capacidad para responder a las crisis con un desafío, en lugar de una reacción de amenaza, podría muy bien determinar si usted no solo sobrevivirá a la tormenta que está enfureciéndose a su alrededor, sino también si sale de la crisis más fuerte que nunca.