Desarrollando esperanza

Las habilidades involucradas en el desarrollo de la esperanza son similares a las habilidades y las actitudes de resiliencia. Antes que nada, debemos usar la actitud de optimismo en lugar de pesimismo. Necesitamos pensar sobre las cosas como eventos, ya sean buenos o malos, teniendo un efecto específico en lugar de uno omnipresente en nuestras vidas. También necesitamos creer que estos eventos, ya sean buenos o malos, no son permanentes. Las cosas no seguirán siendo buenas para siempre, ni permanecerán mal para siempre. Y, por último, debemos evitar el juego de culpas que señalamos en un blog anterior. No es útil que nos culpemos a nosotros mismos ni a los demás. Es útil para nosotros ser responsables de nuestras acciones y responsabilizar a los demás por los suyos, pero no culpar.

Y, por último, debemos evitar lo que Jaime Kurtz, Ph.D., ha destacado en sus seminarios sobre esperanza: distorsiones cognitivas. Estos fueron definidos a principios de los años ochenta por Beck y Burns. Estas son formas de pensar que generalmente no nos sirven bien. El primero es el pensamiento "todo o nada", también conocido como pensamiento "blanco y negro". El segundo es sobre generalizar. Esto, al igual que el primero, se relaciona mucho con lo que se acaba de discutir en términos de optimismo versus pesimismo. La tercera, visión de túnel, se refiere a enfocarse en los detalles negativos y detenerse en él. El cuarto implica descontar lo positivo. Podemos, por ejemplo, descartar un elogio, diciendo: "Él solo está diciendo eso". También podemos sacar conclusiones que, cuando miramos más de cerca, no están justificadas por los hechos.

Una sexta distorsión es catastrófica. Esto implica dos distorsiones en el pensamiento y el razonamiento que son bastante familiares para aquellos de nosotros en recuperación o que trabajamos en la comunidad de recuperación. Aumento o minimización: aumentamos el valor negativo o minimizamos el valor positivo, o viceversa.

El número siete implica razonamiento emocional. Podemos decirnos a nosotros mismos que si sientes de cierta manera, entonces lo que estamos sintiendo debe ser válido.

Si nos sentimos culpables, debe haber algo que hayamos hecho mal para justificar los sentimientos de culpa. Si nos sentimos sin esperanza, entonces las cosas pueden ser desesperadas.

Ser optimista y evitar las distorsiones cognitivas es fundamental para ser resiliente y optimista frente a la adversidad.

En el próximo blog hablaremos más sobre el juego serio Bounce Back que hemos desarrollado para enseñar las actitudes y habilidades de la resiliencia y nuestro trabajo con un grupo de investigación en Francia que está desarrollando un BOT, una forma de inteligencia artificial que puede hacer resiliencia entrenamiento.