¿Dónde encajan los gerontólogos en los equipos interdisciplinarios?

La premisa de los equipos interdisciplinarios supone que ninguna disciplina aislada puede satisfacer las múltiples y complejas necesidades de atención de los pacientes, en particular los adultos mayores. Reflejando esto, las definiciones de trabajo interdisciplinario en equipo lo enfatizan como un proceso dinámico y clínico que involucra a dos o más profesionales de la salud con antecedentes y habilidades complementarias, compartiendo objetivos comunes de salud y ejerciendo un esfuerzo concertado para evaluar, planificar o evaluar la atención al paciente. La colaboración interdependiente, la comunicación abierta y la toma de decisiones compartida en todas las disciplinas facilitan estos procesos, generando resultados de valor agregado para el paciente, la organización y el personal.

Los equipos interdisciplinarios han crecido en importancia debido a la complejidad cada vez mayor de las habilidades y el conocimiento necesarios para proporcionar una atención integral a los pacientes y la creciente especialización resultante en las profesiones de la salud. Pero el catalizador principal? Una población que envejece con un mayor número de pacientes que experimenta necesidades de salud más complejas y diversas que nunca antes.

Equipos interdisciplinarios en atención geriátrica

Los equipos interdisciplinarios son esenciales para la prestación de atención geriátrica de calidad, especialmente a las personas que padecen enfermedades crónicas y que viven en la comunidad. En comparación con la atención habitual, los modelos interdisciplinarios demuestran una mejor relación costo-efectividad y mejores resultados para los pacientes, lo que incluye una menor readmisión de pacientes, un mayor compromiso social y un mejor funcionamiento cognitivo. Pero lo bien que los miembros del equipo -incluidos geriatras, geropsicólogos, trabajadores sociales, enfermeras y farmacéuticos- pueden colaborar entre sí parece moderar la efectividad de estos equipos. Por ejemplo, las mayores reducciones en las tasas de readmisión hospitalaria tienden a ocurrir cuando los médicos, enfermeras, psicólogos y trabajadores sociales informan satisfacción con sus relaciones profesionales en el equipo (Sommers et al., 2000).

¿Qué predice esa satisfacción? Entre los predictores se encuentran la comunicación abierta entre disciplinas, la toma flexible de decisiones y, lo que es más importante, las expectativas de roles claramente definidos y los objetivos adecuadamente especificados dentro de esas expectativas. Con los dos últimos sin abordar, inevitablemente surgen la competencia de roles y problemas de césped molesto (Leipzig et al., 2002).

Reducir el conflicto: aclarar el papel del gerontólogo

Entonces, ¿qué puede añadir exactamente el gerontólogo a un equipo interdisciplinario sin incitar a desavenencias basadas en el territorio? La naturaleza intrínsecamente multidisciplinaria de la gerontología lo diferencia de otras formas de práctica clínica aplicada y, en ocasiones, puede dejar a sus discípulos en situaciones profesionales rígidas. En muchos aspectos, el gerontólogo competente también debe ser un médico competente, farmacéutico, dietista y fisioterapeuta sin ser realmente el médico, farmacéutico, dietista o fisioterapeuta. Para aplicar estas competencias y agregar valor sin pisar los pies, los gerontólogos en equipos interdisciplinarios pueden diferenciarse de la siguiente manera:

1. Proporcionar educación a los miembros del equipo, los pacientes y otras partes interesadas sobre el envejecimiento normativo (frente a patológico) y la bidireccionalidad de la salud física y mental en la vida posterior;

2. Considerar y contextualizar los roles de la cohorte y la cultura en la conceptualización del paciente;

3. Ofrecer servicios de salud mental tales como evaluaciones cognitivas y de depresión, así como evaluaciones de capacidad;

4. Consultar con los médicos y otros profesionales de la salud sobre las formas de adaptar las evaluaciones, los entornos clínicos y las interacciones con los pacientes para optimizar el rendimiento entre los adultos mayores;

4. Gestionar y resolver conflictos en el equipo, y

5. Ayudar al equipo a identificar, gestionar y resolver problemas de cuidado según sea necesario o apropiado

Aunque casi duplicar la esperanza de vida adulta es un triunfo incuestionable del siglo XX, los avances en la longevidad han introducido complejidades clínicas que requieren diversas habilidades y perspectivas para ponerlas sobre la mesa. Los gerontólogos, sin duda, tienen un asiento en esa mesa. La pregunta es, y continuará siendo: ¿dónde, exactamente, se sientan?