Dolor crónico y moldeado del cerebro

Durante los últimos 15 años, la investigación ha demostrado una estructura, función y química alteradas en el cerebro de pacientes con condiciones de dolor crónico. Los datos emergentes ayudan a determinar si estos efectos se deben a un dolor crónico o son factores que provocan los síntomas del dolor.

Según una investigación presentada en la Reunión Científica Anual del Colegio Americano de Reumatología en noviembre pasado, el dolor crónico en la osteoartritis produce cambios en el cerebro, dejando una "firma" única de características morfológicas y funcionales que pueden tener un impacto en las decisiones de tratamiento futuras. En palabras del Dr. Apkarian de Northwestern University, "el cerebro como una red completa se está reorganizando simplemente viviendo con dolor".

Utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) en estudios psicofísicos cuantitativos, su equipo de investigación estudió la actividad cerebral en pacientes con osteoartritis de rodilla, registrando la actividad cerebral mientras se aplicaba un estímulo de presión mecánica en la posición de la rodilla donde los pacientes se quejaban de dolor. Los pacientes también se sometieron a resonancia magnética funcional mientras subjetivamente calificaron su dolor con una señal de dedo. Los mismos experimentos se llevaron a cabo en una población sana.

Curiosamente, se descubrió que la rodilla en los pacientes con artritis no estaba sensibilizada al estímulo de presión: los índices de dolor de presión y la actividad cerebral durante esas evaluaciones eran solo mínimamente diferentes entre los pacientes con artritis y el grupo de control. Por el contrario, la imagen de fMRI reveló menos del 10% de superposición en las regiones de actividad cerebral para las puntuaciones de dolor de presión en comparación con las del dolor continuo, como el dolor de espalda crónico. Parece que el dolor crónico y el dolor agudo espontáneo pueden tener redes cerebrales separadas.

El Dr. Apkarian presentó otros estudios de resonancia magnética funcional, que demuestran diferentes regiones de la actividad cerebral para el dolor de rodilla, dolor térmico y dolor de fibromialgia. En un estudio de pacientes con dolor de espalda crónico, síndrome de dolor regional complejo o artritis de rodilla, se demostró que la materia gris del cerebro se volvió menos densa en diferentes regiones del cerebro, dependiendo de la condición particular que causa el dolor. Además, el alivio del dolor se correlacionó con la recuperación parcial de la densidad de materia gris.

Es emocionante especular que tal vez algún día la capacidad de la fMRI para definir firmas cerebrales para afecciones específicas del dolor pueda conducir a terapias dirigidas.

Se realizó un estudio ciego y controlado con el fin de determinar qué pacientes con artritis responderían a una medicación placebo inactiva mediante la realización de resonancia magnética funcional en 17 pacientes con osteoartritis al inicio del estudio y dos semanas después de tomar un placebo. Ocho pacientes respondieron al placebo; pero su dolor volvió a los niveles iniciales después de que dejaron de tomar el placebo. Los investigadores encontraron otro circuito cerebral que diferenciaba y predecía con precisión a los pacientes que responden al placebo frente a los que no.

El hallazgo anterior tiene enormes ramificaciones en la búsqueda de nuevos tratamientos analgésicos, ya que se observa un gran efecto placebo en la mayoría de los estudios clínicos sobre medicamentos para el dolor: quizás los investigadores pronto puedan aplicar la resonancia magnética funcional como una herramienta para identificar respondedores a placebo y excluirlos de un estudio clínico de una terapia de dolor experimental.