Llegar al corazón de la gratitud es un trabajo digno. Muchos de nosotros podemos pensar pensamientos de gratitud y decir simples palabras de agradecimiento, pero ¿cuántos de nosotros genuinamente sentimos un profundo agradecimiento diario? Es esta apreciación auténtica de todo lo bueno que se nos presenta, que nos ayuda a vivir más tiempo, a sentirnos mejor y a crear conexiones positivas en el mundo que nos rodea (según los últimos estudios científicos). Además, establece un ejemplo extraordinario para que nuestros niños creen vidas llenas de gratitud.
Generando Gratitud
Cada uno de nosotros recorre su propio camino hacia la gratitud. Y cada uno de nosotros aprende a generarlo de manera diferente. Tómame por ejemplo. Tal vez era un alumno lento y necesitaba ir a una nación en desarrollo, vivir en la base del Himalaya, trabajar con niños refugiados tibetanos y lavarme en balde en medio del invierno durante meses para apreciar realmente las comodidades del mundo moderno. Déjame decirte, ¡funcionó!
Así que honrar su propio viaje individual es importante. Y creo que profundizar tu nivel de gratitud de una manera que te parezca adecuada y que respalde una visión mundial hábil tiene el potencial de ser increíblemente positiva y poderosa. Entonces, para tener en cuenta la gratitud que se incluye a continuación, hay algunas formas de activar la apreciación:
– Compartir un pensamiento de gratitud antes de las comidas o antes de dormir todas las noches
– Hacer una lista de gratitud mental todos los días
– Escribiendo en un diario de gratitud
– Meditar y recordar a todas las personas que lo han ayudado de una manera pequeña o grande. O las personas que no lo han hecho, ya que te enseñaron paciencia, tolerancia y perdón.
– Diciendo afirmaciones de gratitud al despertar (es decir, gracias por este día perfecto).
Criando niños geniales
Cultivar la gratitud en los niños comienza con su propia práctica. Los niños reflejarán lo que ven, oyen y sienten cada día. Así que incorporar una práctica de gratitud en su rutina diaria con los niños es crucial; puede ser una práctica familiar de decir algo que agradecemos antes de dormir o inventar un dicho tonto pero agradecido antes de la cena. Como mi papá solía decir, "frota un Dub-Dub, gracias por la comida, ¡Dios mío!", Pero cuando era niño me enseñó lo tonto que tengo que estar bien, pero nunca olvidar agradecer.
Por Maureen Healy
Autor de 365 Cosas perfectas para decir a sus hijos, disponible en Amazon el 1 de diciembre de 2009 y en todas las tiendas el 10 de enero de 2010.
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