El duelo activo ayuda a sanar

Estimado Dr. Alasko: He tenido varias pérdidas en mi vida últimamente y estoy teniendo dificultades para lidiar con ellas. Un amigo de la infancia de unos cincuenta años murió inesperadamente, otro amigo tiene cáncer, y luego nuestro perro que hemos tenido desde que un cachorro también murió. Además de esto, nuestros dos hijos tomaron trabajos en el otro lado del país y están demasiado ocupados para visitar. ¿Tiene alguna sugerencia sobre cómo lidiar con estos problemas?

Estimado lector: Los seres humanos forman vínculos de por vida, y cuando estas conexiones se pierden o se rompen, sufrimos un considerable dolor emocional, ya veces físico.

Al mismo tiempo, sin embargo, hemos desarrollado un proceso emocional que nos permite sanar nuestras pérdidas. Este proceso se llama dolor.

En su forma más simple, el dolor es la admisión abierta de que hemos perdido algo muy importante para nuestra vida y bienestar. Un sinónimo común de dolor es angustia. Se siente como si tuviéramos dolor en nuestros corazones físicos.

Curiosamente, los humanos también tenemos una forma única de expresar el dolor y otras emociones fuertes, a saber, el llanto. Mientras que otros animales también tienen conductos lagrimales, estos parecen funcionar únicamente para limpiar los ojos, no para liberar lágrimas basadas en emociones.

Cuando lloramos, todos nuestros cuerpos se involucran. Junto con la efusión de emociones, también hay una liberación de productos químicos concentrados, incluido el manganeso, que se acumula en el cerebro de aquellos que sufren de depresión crónica. El llanto libera una concentración significativa de esta sustancia química, junto con una serie de otras sustancias químicas y hormonas relacionadas con el estrés y la ansiedad.

Es un hecho documentado que el llanto activo, que es nuestra manera de expresar dolor, afecta nuestro bienestar emocional de una manera positiva. Sin embargo, sentir y expresar dolor es mucho más que solo llorar. Hay un componente mental significativo que puede hacer que el proceso sea mucho más efectivo: Conscientemente "soltar" a la persona, animal o cosa perdida juega un papel importante en lo bien que logramos la curación.

La investigación sobre el duelo señala que recuperarse de una pérdida a través del duelo es un proceso muy individual. Algunas personas se benefician de estar en grupos de procesamiento y otras no.

El factor común, sin embargo, al moverse con éxito a través del duelo llega a la aceptación plena y abierta del hecho de que se ha producido una pérdida. Hablar con otras personas sobre la pérdida (y llorar por ella) hace que esos sentimientos salgan a la luz. Todas nuestras emociones (incluida la ira que a menudo ocurre con la pérdida) tienden a disiparse y volverse menos poderosas una vez que se expresan abiertamente.

Conozco a una persona que logró una resolución hablando en voz alta consigo misma sobre una pérdida dolorosa. Se daba media hora al día, sola para llorar abiertamente, caminando por su casa y diciendo: "Me duele. Me duele el corazón ". Cuando se acabara el tiempo, se detendría y seguiría con las tareas que tenía enfrente. Pronto su dolor disminuyó y ya no sintió la necesidad de llorar activamente.

Intrínseco a este proceso es la paradoja de la aceptación. Una vez que aceptamos abiertamente un problema por lo que es, ya no gastamos energía en negar o distorsionar la realidad. Esto nos permite enfocarnos en el ahora, experimentar la gratitud de que hemos sobrevivido. Después de todo, la supervivencia es otra parte intrínseca de la vida, entonces ¿por qué no sentir gratitud?

La vida siempresiempre-se mueve hacia adelante. El duelo activo nos reconecta con el movimiento de la vida hacia adelante.