El papel de la medicina funcional en la atención de la salud mental

La medicina funcional es un campo interdisciplinario que utiliza métodos de análisis cuantitativos establecidos para evaluar las relaciones entre el estado nutricional, los neurotransmisores, la función endocrina e inmune y los síntomas psicológicos. Las pruebas funcionales utilizadas para evaluar problemas de salud mental incluyen análisis urinarios de neurotransmisores y sus metabolitos y análisis séricos de colesterol, triglicéridos, vitaminas, minerales, aminoácidos y sus metabolitos, hormonas, ácidos grasos, moléculas que causan inflamación (por ejemplo, interleucina-6 [IL -6], IL-8 e IL-1b) y factores inmunológicos.

Hasta ahora, los investigadores no han logrado identificar las correlaciones entre los biomarcadores específicos y los trastornos psiquiátricos específicos, por lo que los hallazgos de la evaluación funcional rara vez se traducen en recomendaciones de tratamiento específicas que arrojan mejores resultados. Por ejemplo, aunque los bajos niveles séricos de folato se han relacionado causalmente con el estado de ánimo deprimido, los hallazgos de la investigación son inconsistentes, y esta relación aparente puede deberse a la casualidad, el sesgo, la confusión o la causalidad inversa.

Los hallazgos preliminares sugieren que los niveles totales de colesterol y triglicéridos pueden estar inversamente correlacionados con la severidad del estado de ánimo deprimido. Los pacientes deprimidos que intentan suicidarse frecuentemente tienen niveles anormales bajos de colesterol sérico total y triglicéridos, que pueden proporcionar marcadores clínicos útiles para el riesgo de suicidio. Las personas deprimidas que no son suicidas tienden a tener niveles de colesterol cercanos a 180 mg / dL, mientras que los pacientes con tendencias suicidas severamente deprimidas tienden a tener niveles de colesterol total en suero significativamente más bajos en las cercanías de 150 mg / dL. Sobre la base de estos hallazgos, es prudente controlar los niveles de colesterol de pacientes con depresión grave, hacer recomendaciones dietéticas apropiadas y abordar cuestiones relacionadas con el uso de medicamentos para reducir el colesterol.

En contraste con el colesterol bajo anormal en pacientes con depresión grave, el colesterol sérico elevado puede ser un marcador altamente sensible para diversos trastornos de ansiedad, incluidos el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y posiblemente también el trastorno obsesivo compulsivo (TOC). La mejoría de los síntomas de ansiedad en respuesta a los medicamentos recetados contra la ansiedad a menudo se asocia con una reducción del colesterol sérico total a niveles normales. Los hallazgos de un gran estudio observacional mostraron que los bajos niveles séricos anormales de ciertas vitaminas B (tiamina, B6 y niacina) y las vitaminas C y E se asocian con un mayor riesgo de ansiedad generalizada. La evaluación de los estados de deficiencia vitamínica es importante cuando se trabaja con pacientes que no toman suplementos o que están en riesgo de uno o más síndromes de deficiencia de vitaminas debido a desnutrición crónica o un problema médico que interfiere con la absorción normal o el metabolismo.

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