Imágenes cerebrales descubren raíces neurobiológicas de la resiliencia

La conectividad funcional CEN puede contribuir a la neurobiología de la resiliencia.

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Fuente: goa novi / Shutterstock

Un nuevo estudio de imágenes cerebrales con tecnología de punta de la Universidad de Northwestern ofrece nuevas pistas sobre la neurobiología de la resiliencia y ayuda a explicar por qué algunos de nosotros podemos enfrentar mejor los factores estresantes importantes.

Las redes cerebrales involucradas en hacer que alguien sea más o menos resistente ha desconcertado a los neurocientíficos. Por lo tanto, en una investigación pionera, el psicólogo de la Northwestern University Gregory E. Miller y su equipo se propusieron descubrir las raíces neurobiológicas de la resiliencia utilizando imágenes cerebrales por resonancia magnética funcional (IRMf) y formular preguntas: ¿Por qué la exposición a la violencia en el vecindario es mucho más perjudicial para la ¿El bienestar general de unos jóvenes que de otros? ¿Qué redes cerebrales están involucradas en cómo respondemos a los principales factores estresantes de la vida?

Innumerables estudios han identificado una correlación entre vivir en un vecindario de alto crimen con un aumento en la mala salud marcado por el síndrome metabólico, el asma y la pérdida de sueño. Sin embargo, incluso los niños que crecen en el mismo hogar pueden tener respuestas psicofisiológicas muy diferentes al estrés. Algunos niños son los llamados “dientes de león”, que muestran una increíble capacidad de recuperación incluso en las condiciones más duras; mientras que otros son más como niños “orquídeas”, que son más vulnerables a los ambientes hostiles.

Para este estudio, los investigadores de Northwestern reclutaron a 218 estudiantes de octavo grado de diferentes vecindarios de Chicago. Cada vecindario fue calificado en base a crímenes violentos y tasas de asesinatos Los participantes del estudio recibieron una evaluación cardiometabólica que incluye pruebas de resistencia a la insulina, obesidad y síndrome metabólico general. Luego, los participantes tuvieron un escaneo de neuroimagen fMRI para cuantificar la conectividad funcional del cerebro.

Si bien los estudiantes que viven en vecindarios violentos tienden a tener una salud metabólica más pobre, aquellos que vivían en vecindarios de alto crimen y mantenían biomarcadores saludables para el estrés también mostraron una mayor conectividad dentro de la red ejecutiva central (CEN) frontoparietal del cerebro.

Según los investigadores, el CEN es un centro cerebral que facilita la forma en que interpretamos los eventos amenazantes, ejercitamos el autocontrol y suprimimos las imágenes emocionales no deseadas. Según estos hallazgos, parece que la conectividad en estado de reposo dentro de la red ejecutiva central puede ser un moderador adaptativo que aumenta la capacidad de recuperación a nivel neurobiológico.

Como explican los autores, “A través de seis resultados distintos, una mayor tasa de homicidios en el vecindario se asoció con un mayor riesgo cardiometabólico, pero esta relación fue evidente solo entre los jóvenes que mostraron una menor conectividad en el estado de reposo CEN. Por el contrario, hubo poca evidencia de moderación por la prominencia anterior y las redes de modo predeterminado. “Estos hallazgos avanzan el conocimiento básico y aplicado sobre la adaptación al resaltar la conectividad CEN intrínseca como un potencial contribuyente neurobiológico a la resiliencia”.

Los investigadores se apresuran a señalar que este estudio tiene algunas limitaciones, como su diseño de observación. Estos hallazgos son correlativos y no implican un vínculo causal. Por lo tanto, los autores recomiendan encarecidamente un estudio longitudinal y de ondas múltiples mucho mayor para establecer la causalidad entre la conectividad funcional del CEN, la violencia de vecindario, la salud cardiometabólica y la neurobiología de la resiliencia.

Dicho esto, los investigadores tienen la esperanza de que, en algún momento en el futuro cercano, estos hallazgos podrían conducir a programas de “capacitación en red” diseñados para mejorar la conectividad funcional de la red CEN del cerebro. Miller y sus colegas especulan que estos tipos de intervenciones tienen el potencial de mejorar el “autocontrol, la reevaluación de amenazas y la supresión de pensamientos” de manera que los adolescentes en riesgo puedan ser más resistentes.

Referencias

Gregory E. Miller, Edith Chen, Casey C. Armstrong, Ann L. Carroll, Sekine Ozturk, Kelsey J. Rydland, Gene H. Brody, Todd B. Parrish y Robin Nusslock. “La conectividad funcional en la red central ejecutiva protege a los jóvenes contra los riesgos cardiometabólicos vinculados con la violencia en el vecindario”. Actas de la Academia Nacional de Ciencias (Publicada por primera vez en línea antes de la impresión: 5 de noviembre de 2018) DOI: 10.1073 / pnas.1810067115