Divorcio y ansiedad en niños y adolescentes

Las intervenciones tempranas pueden prevenir los trastornos de ansiedad en los niños.

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Divorcio y ansiedad

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El divorcio puede ser un factor estresante para la vida de niños y adolescentes que puede desencadenar la ansiedad de múltiples maneras. Los niños son resistentes y la investigación indica que a la mayoría de los niños divorciados les va bien. Sin embargo, incluso los divorcios sanos y típicos pueden prestarse a una mayor ansiedad debido a la gran transición de la vida. Mudarse de un hogar, cambiar de escuela, desplazarse de un lado a otro entre dos hogares, cambios en las rutinas e incluso rotaciones en los cuidadores puede ser muy estresante para los niños y adolescentes. El aumento del estrés y los múltiples cambios simultáneos pueden provocar un aumento de la ansiedad, que, si no se presta atención, podría convertirse en trastornos de ansiedad más graves.

La ansiedad en niños y adolescentes puede manifestarse en una variedad de comportamientos, y los padres y maestros deben ser conscientes de los cambios en el estado de ánimo, las respuestas y las actitudes en el hogar y en el aula. La ansiedad puede ser difícil de reconocer, especialmente en niños pequeños y adolescentes, ya que puede enmascararse y presentarse en formas inusuales que no son fácilmente identificables y, a veces, incluso engañosas. Por lo tanto, es importante que los adultos aumenten su conocimiento y reconocimiento de las diferentes presentaciones de la angustia, para que puedan intervenir de manera temprana y, con suerte, prevenir la exacerbación de los síntomas. Algunos marcadores típicos de ansiedad para prestar atención incluyen:

  • Dificultades para dormir
  • Incremento de la irritabilidad.
  • Aumento de la ira
  • Aumento del miedo
  • Dificultad en la concentración y atención.
  • Incremento en las rabietas
  • Aumento de la oposición y el desafío.
  • Aumento de argumentos
  • Retiro social
  • Mayores dificultades en las amistades.
  • Cambios en el apetito y el peso.
  • Mojar la cama
  • Desempeño académico pobre o inconsistente.
  • Disminución de la motivación.
  • Dificultades de separacion

Si bien los anteriores son posibles indicadores de ansiedad, en una situación de divorcio, algunos niños y adolescentes pueden sentirse aún más agobiados por fuertes sentimientos de confusión, enojo, culpa y culpa. Es posible que no puedan o no quieran expresar estos sentimientos debido a la complicada situación familiar, que puede exacerbar su sensación de impotencia, confusión, preocupación y ansiedad. Por lo tanto, es importante que los adultos que noten estos cambios en el comportamiento, el estado de ánimo y la actitud del niño o adolescente exploren más a fondo los sentimientos subyacentes de pérdida, pena, impotencia, culpa, culpa y enojo que podrían estar alimentando la ansiedad.

El divorcio y la ansiedad a menudo ocurren de manera simultánea y no son experiencias infrecuentes para niños y adolescentes que viven en los Estados Unidos, donde aproximadamente el 50% de los matrimonios terminan en divorcio. La mayoría de los niños son resistentes y pueden superar el principal factor estresante de la vida del divorcio y sobrellevarlo bien. Sin embargo, es importante que los padres y maestros aumenten su conciencia y atención a la ansiedad que los niños probablemente experimentarán durante esta importante transición de la vida. Reconocer los marcadores de ansiedad, explorar los sentimientos subyacentes relacionados con el divorcio y brindar una intervención temprana y apoyo apropiados mejorará la adaptación, el afrontamiento y la capacidad de recuperación de su hijo y adolescente. Aunque el divorcio no sea fácil de procesar o para adaptarse a los niños, las intervenciones tempranas pueden ayudar enormemente a garantizar que sus hijos continúen prosperando durante y después de este cambio significativo en la vida.